Advierten por un aumento en las consultas por apneas del sueño e insomnio

El cierre del año suele traer consigo una sensación generalizada de agotamiento. Rutinas intensas, estrés laboral, responsabilidades familiares y el uso extendido de pantallas se combinan para afectar la calidad del descanso. En este contexto, distintos indicadores muestran en Argentina un incremento del consumo de psicofármacos —algunos prescriptos y otros no— y un aumento de las consultas por dificultades para dormir.

Detrás de este cansancio colectivo no solo aparece el insomnio, sino también otros trastornos que muchas veces pasan inadvertidos. Hay un déficit del sueño motivado por preocupaciones personales, por los estímulos permanentes que recibimos y por horarios que cuesta acomodar. Pero además, existe un crecimiento significativo de otro problema: las apneas del sueño.

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El neurólogo Claudio Aldaz, referente en medicina del sueño, confirmó este aumento. En diálogo con Cadena 3, describió que las apneas se producen cuando no ingresa suficiente oxígeno al organismo durante la noche, generando cortes repetidos de la respiración. En muchos casos, se manifiestan con ronquidos, aunque no siempre.

“Lo más común es que la pareja venga a la consulta describiendo cómo respira la persona. No es lo mismo tener cinco apneas por noche que doscientas”, advierte Aldaz. Y agrega que el impacto puede ser severo: “Es frecuente ver pacientes con 30 apneas por hora, una cada dos minutos. Esa falta de oxígeno constante está directamente vinculada con hipertensión y enfermedades cardiovasculares”.

El especialista subrayó que, contrario a lo que suele creerse, los sedantes pueden empeorar el cuadro, al igual que el consumo de alcohol antes de dormir. “Todos los depresores del sistema nervioso central son contraproducentes”, afirma.

Insomnio no es igual a apnea: por qué el diagnóstico es clave

Hay un punto crucial señalado por Aldaz: la dificultad para dormir no siempre es insomnio. “Uno siente que duerme pero no descansa y lo asocia automáticamente al insomnio. Mira al otro y dice: ‘A él tal medicación le funcionó, ¿por qué a mí no?’. No va por ahí”, explica.

Por eso, el diagnóstico preciso es indispensable. Cada trastorno del sueño tiene causas distintas y requiere tratamientos específicos. “Corrigiendo las apneas, en muchos casos desaparecen los problemas de descanso”, señala Aldaz.

Tecnología al servicio del descanso

El avance tecnológico también está transformando la forma de diagnosticar. Antes, los estudios de sueño solo podían hacerse en una clínica, durante una noche completa. Hoy existen dispositivos portátiles que el paciente puede llevar a su casa. Allí registra su sueño en condiciones naturales y luego el médico analiza los datos.

Este tipo de herramientas no solo facilitan el acceso, sino que acortan los tiempos para llegar a un diagnóstico y comenzar un tratamiento adecuado.