En el año 2008 Britney Spears sufrió una crisis nerviosa en público que acabó en los tribunales y le valió su libertad los 13 años siguientes. Una sentencia judicial convirtió a su padre , Jamie Spears, en su tutor legal junto a un fideicomiso. Tanto sus finanzas como sus decisiones personales pasaron a ser controladas y administradas por él.

Este miércoles último la cantante brindó una inédita visita frente a una jueza, vía Zoom, en la que pudo contar cómo se sentía y todo lo que está viviendo. "No estoy contenta. No puedo dormir. Estoy enojada y deprimida. Lloro todos los días”, aseguró.

"Antes creía que nadie me iba a creer. Creía que la gente se burlaría de mí. Pero ahora quiero mi vida de vuelta. Ha sido suficiente”, declaró. Y es que en los últimos años, el movimiento #FreeBritney fue sumando adeptos. Sus seguidores apoyan a la cantante y la acompañan en esta situación tan difícil de su vida. Britney ha pedido en reiteradas audiencias el poder volver a tener el control de sus vidas , pero aún no ha tenido resultado.

La exitosa cantante ha reivindicado que tiene todas las facultades para poder tener una vida libre, quiere incluso formar una familia pero no puede hacerlo. "Quiero casarme y tener un bebé”, confesó, “pero tengo un DIU en mi cuerpo en este momento que no me deja tener un bebé, y mis tutores no me dejan ir al médico para que me lo quite".

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Además contó que la obligaron a vivir en Las Vegas durante 2013 y 2017, a trabajar sin su consentimiento y generar dinero que ella no gestionaba. Reveló que para 2019 le cambiaron la medicación que hacía que se sintiera como drogada, a punto tal que no podía sostener conversaciones.