Fiestas y lo que no se ve de la pirotecnia: "Es sufrimiento físico y emocional"

Mientras se aproximan las celebraciones de fin de año, un debate recurrente toma fuerza: el impacto de la pirotecnia sonora. Dos voces expertas, desde ángulos distintos, pero con preocupaciones convergentes, expusieron en Viva la Radio por Cadena 3 Rosario las graves consecuencias que los estruendos provocan en poblaciones sensibles, describiendo no solo incomodidad, sino sufrimiento agudo y riesgos concretos para la salud.

"En un bombardeo": espectro autista

Sol Mateo, integrante del grupo TGD Padres, que representa a familiares de personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), describe escenas alejadas de toda festividad. Para quienes tienen hipersensibilidad auditiva, el ruido no es solo molesto: “Es estar dentro de un bombardeo”, citando testimonios de personas con TEA.

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"Le causa dolor. Se desregula. Aumenta la frecuencia cardíaca. Empieza un trastorno de ansiedad hasta que llegan, a veces, literalmente a darse la cabeza contra la pared hasta sangrar", relata Mateo. La celebración se transforma en una pesadilla logística: familias encerradas en sus casas, con ventanas y puertas selladas, aislándose del calor y del festejo exterior para intentar proteger a su ser querido.

Mateo aclara que el espectro es amplio y no a todos les afecta igual, pero extiende la preocupación a otros grupos vulnerables: personas con cardiopatías, bebés, ancianos y excombatientes de Malvinas con estrés postraumático. Respecto a la llamada "pirotecnia amigable" (lumínica y de bajo sonido), ve en ella una posible solución, pero insiste en que el cambio debe ser más profundo: “Hay que llegar al cambio de conciencia”, que va más allá de la norma y apunta a la empatía colectiva.

"Lesión física": el trauma en animales

Desde la veterinaria, la médica Florencia Casabonne (M.P. 1499) detalló el impacto en los animales, lejos de ser una simple "molestia". “La pirotecnia es un elemento muy nocivo para ellos”, afirmó, explicando que su sensibilidad auditiva es mucho mayor.

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El miedo extremo puede derivar en conductas de fuga, autolesiones y problemas físicos graves. Casabonne advirtió sobre riesgos como la torsión de estómago por ingestión acelerada de comida durante un estado de pánico. Además, subraya que el daño puede ser permanente: “Pueden tener pérdida de la audición, acúfeno (zumbidos). Y eso les queda como secuela”.

Como terapeuta de Reiki en animales, también destacó el valor de las terapias alternativas (como flores de Bach, homeopatía o Reiki a distancia) para ayudar a los animales a llegar a ese momento en un estado de mayor calma.

Ambas entrevistadas, aunque desde experiencias distintas, convergen en un mismo mensaje: lo que para muchos es un momento de júbilo, para otros representa un episodio de dolor, angustia y riesgo para la integridad física. Coinciden en que las normativas son insuficientes si no van acompañadas de una reflexión comunitaria. El verdadero festejo, sugieren, sería uno donde la alegría de algunos no se construya sobre el sufrimiento de otros, avanzando hacia una celebración más inclusiva y consciente.

Entrevista de Lucas Correa y Cecilia Moro.