"Las neuronas crecen": idiomas y hábitos que rejuvenecen el cerebro

¿Puede algo tan natural como hablar dos o más idiomas ser la clave para un envejecimiento más lento y una mente más aguda? Según una investigación científica y la explicación de un experto, la respuesta es un sí rotundo.

En diálogo con Una mañana para todos por Cadena 3 Rosario, el neurólogo Conrado Estol explicó por qué el multilingüismo no solo mejora la memoria y la atención, sino que también podría asociarse a un envejecimiento más lento.

Todo comenzó con el poder de la música para aprender idiomas. Entre anécdotas de Pavarotti, el Vaticano y recuerdos escolares, el especialista celebró la influencia de la cultura italiana en los argentinos. Pero rápidamente la charla tomó otro rumbo: un estudio reciente publicado en Nature Aging.

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El trabajo, realizado por investigadores chilenos con más de 80.000 personas de 27 países europeos, reveló que quienes hablan dos o más idiomas presentan una edad biológica menor que quienes hablan solo uno. La diferencia no se mide en el DNI, aclara Stoll, sino en parámetros médicos y socioeconómicos que permiten entender la salud real del organismo.

“El dato interesante —explicó— es que el solo hecho de activar los mecanismos cerebrales necesarios para aprender un idioma ya mejora la función cognitiva, aunque no llegues a dominarlo. Te podés anotar en swahili o en urdu y, aunque no aprendas nada, tu cerebro igual se beneficia”.

Frente a la pregunta de si a los 80 años aún se puede incentivar al cerebro, fue contundente: “Lo más importante lejos es que nunca es tarde”. Reafirmó el concepto de neuroplasticidad, desmitificando la vieja creencia de que las neuronas no se regeneran.

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Y citó hábitos que agrandan el cerebro: caminar regularmente, comer pescado, estudiar, ser curioso, mantener una vida social activa y estimularse cognitivamente a lo largo del tiempo.Para ilustrarlo, mencionó a su propio padre, que a los 95 años continúa compitiendo en ajedrez.

Biología y soledad

El neurólogo aseguró que hoy la biología humana parece programada para alcanzar unos 115 años, pero que podrían venir cambios drásticos: “Hay más de 100 laboratorios en Estados Unidos trabajando para enlentecer el envejecimiento celular. Pensar en personas que vivan 150 o 200 años ya no es ciencia ficción”.

Habló también de los llamados super agers: personas que llegan a los 95 o 100 con un cerebro más conservado, una corteza más gruesa y características neuronales diferenciales. “Existen, y los vemos. Mirta (Legrand), por ejemplo”, dijo entre risas.

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Consultado por los problemas anímicos que afectan a muchas personas mayores, Estol reveló: la soledad no deseada es uno de los factores más dañinos. “Enferma y aumenta la mortalidad. En los países del hemisferio norte es muy común. En el mundo latino, menos”.

Sin embargo, ubica su esperanza en un futuro donde la tecnología —incluida la inteligencia artificial— permitirá más tiempo libre, más creatividad y más vínculos humanos, no menos. “Creo que la IA nos va a ayudar a tener más tiempo para pensar, caminar, encontrarnos. No para aislarnos”.

El neurólogo cerró con humor: “Termino con un mensaje optimista… porque sé científicamente que los optimistas viven más. Pero lo creo de verdad: hay motivos para mirar el futuro con esperanza”.

Entrevista de Susana Manzelli.