Blue Ghost. Una nave privada se posa en la Luna y abre una nueva era de exploración espacial
La misión explorará la superficie lunar para analizar su suelo y preparar nuevas misiones humanas.
Carrera espacial
02/03/2025 | 11:17
Redacción Cadena 3
En los últimos años, ha resurgido el interés por la exploración lunar, pero a diferencia de las misiones Apolo de las décadas de 1960 y 1970, las expediciones actuales son predominantemente no tripuladas.
Estas misiones, lideradas tanto por agencias espaciales gubernamentales como por empresas privadas, buscan recopilar datos, probar tecnologías y preparar el terreno para futuros proyectos.
La NASA, como una de las principales agencias espaciales del mundo, desempeña un papel clave en este renacimiento lunar, aunque su enfoque actual se centra en la robótica antes que en el envío de astronautas.
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La misión explorará la superficie lunar para analizar su suelo y preparar nuevas misiones humanas.
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1. Programa Artemis y misiones asociadas (NASA y socios comerciales)
o La NASA lidera el programa Artemis, cuyo objetivo final es establecer una presencia humana sostenible en la Luna para finales de la década de 2020. Sin embargo, las primeras fases del programa dependen de misiones no tripuladas. Por ejemplo:
Artemis I (2022): Una misión no tripulada que probó la cápsula Orion y el cohete Space Launch System (SLS), orbitando la Luna y regresando a la Tierra con éxito.
CLPS (Commercial Lunar Payload Services): La NASA colabora con empresas privadas como Intuitive Machines, Astrobotic y Firefly Aerospace para enviar instrumentos científicos y tecnologías a la superficie lunar. En febrero de 2024, la misión IM-1 de Intuitive Machines logró un alunizaje exitoso, siendo el primer aterrizaje lunar estadounidense desde 1972.
Estas misiones prueban equipos, recolectan datos sobre el regolito lunar y buscan recursos como agua en forma de hielo.
2. Misiones internacionales
Chang’e (China): El programa lunar chino ha enviado varias sondas no tripuladas, como Chang’e-4 (2019), que logró el primer alunizaje en la cara oculta de la Luna, y Chang’e-5 (2020), que recolectó y trajo muestras lunares a la Tierra.
Chandrayaan (India): La misión Chandrayaan-3 de la ISRO logró un alunizaje exitoso en 2023 cerca del polo sur lunar, enfocándose en estudiar el suelo y la presencia de agua.
Luna (Rusia): Rusia planea relanzar su programa lunar con Luna 25 (que falló en 2023) y futuras misiones no tripuladas para analizar la superficie lunar.
3. Iniciativas privadas
Empresas como SpaceX, Blue Origin y las mencionadas en el programa CLPS de la NASA están desarrollando tecnologías para misiones lunares no tripuladas. Por ejemplo, SpaceX planea usar su Starship para transportar carga a la Luna en apoyo a Artemis.
La NASA actúa como un eje central en muchas de estas misiones, ya sea como líder directo o como socio estratégico:
Liderazgo en Artemis: La agencia coordina esfuerzos internacionales y comerciales para regresar a la Luna, con un enfoque inicial en misiones robóticas que allanen el camino para Artemis III, la primera misión tripulada planeada para 2026 o más allá.
Colaboración comercial: A través del programa CLPS, la NASA subcontrata a empresas privadas para reducir costos y acelerar el desarrollo tecnológico. Estas empresas transportan instrumentos de la NASA, como cámaras, espectrómetros y experimentos científicos, a la Luna.
Cooperación internacional: La NASA trabaja con socios como la Agencia Espacial Europea (ESA), Japón (JAXA) y Canadá (CSA), quienes aportan tecnología para misiones no tripuladas y futuras bases lunares.
El envío de misiones no tripuladas en lugar de astronautas responde a varias razones estratégicas, tecnológicas y económicas:
1. Reducción de riesgos:
Las misiones tripuladas implican riesgos significativos para la vida humana, como fallos en los sistemas de soporte vital, exposición a la radiación cósmica y dificultades en el aterrizaje lunar. Las misiones robóticas permiten probar estas condiciones sin poner en peligro a las personas.
Ejemplo: El fallo de Luna 25 en 2023 demuestra que incluso hoy, aterrizar en la Luna sigue siendo un desafío técnico.
2. Costo y eficiencia:
Las misiones tripuladas son mucho más costosas debido a la necesidad de sistemas de soporte vital, trajes espaciales y cápsulas de retorno seguras. Una misión no tripulada como IM-1 cuesta decenas de millones de dólares, mientras que una misión tripulada como Apolo 11 costó miles de millones (ajustados a la inflación).
Las sondas robóticas pueden realizar tareas como recolectar muestras o transmitir datos a un costo mucho menor.
3. Preparación para el futuro:
Antes de enviar humanos, la NASA y otras agencias necesitan mapear recursos (como agua en los polos lunares), probar tecnologías de aterrizaje preciso y construir infraestructura básica, como módulos de hábitat o sistemas de energía. Las misiones no tripuladas son pasos esenciales en este proceso.
Ejemplo: El rover VIPER de la NASA, programado para 2024 o 2025, buscará hielo lunar que podría convertirse en agua, oxígeno y combustible para astronautas futuros.
4. Avances en robótica:
La tecnología actual permite que robots y sondas realicen tareas complejas (análisis de suelo, fotografía de alta resolución, etc.) que antes requerían presencia humana, reduciendo la necesidad inmediata de astronautas.
Conclusión
Las misiones no tripuladas a la Luna representan una fase crítica en la nueva era de exploración espacial, con la NASA desempeñando un rol de liderazgo y coordinación.
Estas expediciones no solo son más seguras y económicas que las tripuladas, sino que también sientan las bases para una presencia humana sostenible en el futuro, como lo planea el programa Artemis.
La ausencia de astronautas en la actualidad no refleja una falta de interés en la exploración humana, sino una estrategia prudente para avanzar paso a paso, aprovechando los avances tecnológicos y minimizando riesgos. A medida que estas misiones robóticas recopilen datos y perfeccionen las tecnologías necesarias, el regreso de los humanos a la Luna estará más cerca que nunca.
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