Cambio de hábitos
24/09/2025 | 08:17
Redacción Cadena 3
En la esquina del barrio, el quiosco fue siempre más que un simple punto de venta.
Un refugio para el antojo de medianoche, el lugar de la figurita que faltaba o la estación de paso para el diario matutino.
Hoy, este icónico negocio enfrenta una "tormenta perfecta" que lo empuja al borde de la extinción. El combo de chicles y cigarrillos que lo sostuvo por décadas se desmoronó y, con él, una estructura que ya está al límite.
La crisis económica no tiene piedad. Según datos de la consultora NielsenIQ, el número de quioscos en el país bajó a 90.000 en 2024, un piso histórico.
Pero la Unión Kiosquera de la República Argentina (UKRA) maneja cifras mucho más sombrías: 16.000 cierres en un solo año, lo que equivale a 43 persianas bajas por día.
"Cuando falta un pesito, el quiosco vende menos", resume al diario La Nación Ernesto Acuña, vicepresidente de UKRA.
Las ventas de golosinas cayeron un 18,6% en 2024 y el ticket promedio, un 10%.
La caída del poder adquisitivo, que afecta las compras impulsivas, es un golpe directo al corazón del negocio.
Sin embargo, el panorama es aún más complejo. Los quiosqueros no solo lidian con la caída de las ventas, sino con un aumento descontrolado de sus costos fijos.
Un alquiler que hace poco costaba $500.000, ahora puede superar los $2,5 millones. "La mercadería subió un 30% en el último año, pero los gastos fijos un 150%", explica Rubén López, dueño de marcas emblemáticas como Vauquita. Con márgenes de ganancia de apenas un 10%, es una ecuación imposible.
A este escenario se suma una feroz competencia. Ya no son solo los autoservicios chinos o los supermercados.
La batalla por las golosinas se libra en frentes inesperados: farmacias, estaciones de servicio e incluso tiendas de mejoras para el hogar.
"Vas a la farmacia y venden alfajores, y hasta hay una góndola de caramelos pegada a las cajas del Easy", se queja Claudio Páez, un quiosquero de Almagro.
Las grandes cadenas, como Open 25, 365 o El Jevi, con su poder de escala y estrategias de supermercado, están copando las avenidas y ahora, los barrios.
Finalmente, los hábitos de consumo también están cambiando. El cigarrillo, que solía representar un tercio de la facturación, está en declive por las campañas de salud pública.
Lo mismo sucede con los chicles. "En los 90, los quioscos vivían del combo de un Marlboro y un paquete de Beldent. Hoy esas duplas no existen más", afirma Roberto Cariseo, socio de la distribuidora MasMelos.
Este cambio de consumo, sumado al auge de las compras online, deja al quiosco tradicional con un futuro incierto.
Ante esta situación, la pregunta es obligada: ¿podrá el quiosquero reinventarse o estamos presenciando el lento adiós de un formato que marcó la vida urbana argentina?
¿Qué está enfrentando el quiosco tradicional? El quiosco enfrenta una "tormenta perfecta" que lo empuja al borde de la extinción debido a la crisis económica y cambios en los hábitos de consumo.
¿Quién es el vicepresidente de UKRA? El vicepresidente de la Unión Kiosquera de la República Argentina es Ernesto Acuña.
¿Cuándo se registró la caída de quioscos? En 2024, el número de quioscos en el país bajó a 90.000, con 16.000 cierres en un solo año.
¿Dónde se observa una feroz competencia? La competencia se observa no solo en supermercados, sino también en farmacias, estaciones de servicio y tiendas de mejoras para el hogar.
¿Por qué están cambiando los hábitos de consumo? Los hábitos de consumo están cambiando debido a la disminución en la venta de cigarrillos y chicles, así como al auge de las compras online.
Te puede Interesar
Crisis económica
La suba es respecto al año pasado. La crisis económica y social impulsa un fuerte incremento en la demanda de salud.
Salta
El presidente de la Cámara de Industriales Panaderos enfatizó el cierre de negocios ante el aumento de costos e insumos.