Una exitosa empresa argentina debe exportar desde Chile

La empresa factura 124 millones de pesos al año con un "hornito japonés" y durante la pandemia de coronavirus el emprendimiento tuvo un impulso en las ventas debido a las inversiones dentro de los hogares ante la imposibilidad de viajar.

A diferencia de la parrilla convencional, el Kamado B10 trabaja con calor envolvente, construido con una doble pared de material cerámico, lo que permite asar hasta 16 horas con solo 1,5 kilos de carbón en el tamaño grande.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

El calor envolvente sella las carnes haciendo que retenga la totalidad de jugos, color y sabor; amén del sabor trasmitido por el material, que únicamente se logra al partir del barro. La sangre no cae a las brasas, emite muy poco humo y olor.

El emprendimiento ya tiene una sede en Chile y desde ahí abastecen los mercados de Perú, Brasil, Estados Unidos, Canadá y el Caribe. En tanto, desde Stuttgart, Alemania, donde también se instalaron recientemente, exportan a los países de Europa.

Para enviar los hornos a otros destinos desde la Argentina, la empresa tiene que pagar el 9% de una alícuota por producto, esto encarece los costos de producción y le quita rentabilidad al negocio.

“Hay que agradecer a Argentina porque yo estudié diseño industrial en la UBA (Universidad de Buenos Aires) con docentes de primera, pero llega un momento en que obligatoriamente te tenés que extender”, explicó Béraud.

Y prosiguió: “Lo que estamos haciendo es único en el mundo, el Kamado japonés en se dejó de fabricar en 2001, tomé la posta y tardamos 10 años en descubrir el material o la forma de adaptarlo”.

“Nos dimos cuenta de que somos los únicos en el mundo que lo hacemos de esa forma y empezamos atener pedido de todos lados, todos los días”, advirtió.

Al momento de hacer los números Béraud descubrió que en Chile los costos son los mismos, “pero cuando te pagan es en dólares y acá te llega la mitad del dinero y en Argentina te cobran un 5% por exportar y en Chile nada”.

“Lo más insólito y lo que da bronca es que Chile tiene acuerdos de libre comercio con todos los países de América, (…) no es viable exportar desde Argentina”, indicó.

Y aunque podría importar los hornos desde Chile a Argentina asegura que no lo hará porque lo considera “inmoral”.

“Qué locura poder fabricar en todos lados en vez de tener una sola fábrica en Argentina y dar trabajo a los argentinos”, se lamentó.

Entrevista de Fernando Genesir.