Seguridad y trabajo: la otra cara de los naranjitas cooperativizados en Córdoba

En medio de la creciente discusión pública por la presencia de cuidacoches ilegales —los conocidos "trapitos" o "naranjitas" en Córdoba— y los operativos municipales para desalentar esa actividad, Gustavo Ferreyra, trabajador de la Cooperativa Tosco, expuso la mirada de quienes realizan esta tarea en regla y dependen de ella para subsistir.

Ferreyra, que presta servicio en la zona de Tribunales II en barrio Observatorio, explicó a Cadena 3 que la cooperativa agrupa a unas 75 familias que trabajan bajo normas municipales y con tarifa fija. "Acá no hay ningún cobro indebido, ningún exceso de cobro ni nada por lo que se parezca", afirmó. "Cobramos 500 pesos, lo mismo que el SEMM y necesitamos seguir trabajando".

El trabajador detalló que para ingresar a la Cooperativa Tosco los postulantes deben cumplir una serie de requisitos exigidos por el municipio, orientados a garantizar transparencia: certificado de buena conducta, negativo de ANSES, fotocopia del DNI, certificado de domicilio y apto físico.

Además, los cuidacoches cooperativizados cumplen horarios definidos: de 7 a 16 en Tribunales II, mientras que en otros sectores se trabaja en doble turno, hasta las 21. "Tenemos un reglamento interno que prohíbe el consumo de alcohol o drogas, y si un compañero falta sin justificación se lo sanciona o se lo expulsa", aseguró.

Ferreyra subrayó que la actividad contiene a personas en situación de vulnerabilidad económica. "Acá en la cooperativa hay madres solteras que son sostén de familia", contó. También señaló que entre los trabajadores hay jubilados que cobran la mínima y pensionados que se sumaron porque su ingreso no alcanza. "Todos trabajando honestamente", remarcó.

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El entrevistado pidió "no meter en la misma bolsa" a los trabajadores regulados con los delincuentes y extorsionadores. Sostuvo que en su zona los usuarios los conocen y valoran el servicio. "Acá la gente nos valora porque incluso aportamos a su seguridad", indicó.

Recordó que antes de la llegada de la cooperativa, la zona de Tribunales II era considerada una "zona roja", con robos frecuentes a empleados y usuarios, como roturas de vidrios y sustracción de carteras o celulares. "Con la presencia de la cooperativa acá los robos cayeron un 90%", afirmó.

Para distinguirse de los ilegales, los trabajadores llevan un chaleco provisto por la Municipalidad, con la leyenda "Municipal de Córdoba" y "estacionamiento controlado" en la espalda, además de una credencial con foto, nombre y el nombre de la cooperativa a la vista del usuario.

Ferreyra concluyó que las denuncias por hechos violentos o cobros indebidos suelen darse en zonas céntricas o durante la noche, horarios y lugares donde —aclaró— las cooperativas no prestan servicio.

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Entrevista de Miguel Clariá. Informe de Lucía González.