Es apicultor desde muy joven y ahora lidera un proyecto familiar en expansión

Lo que comenzó como una fascinación adolescente por las abejas se convirtió en un próspero emprendimiento familiar para Carlos Espinoza, un apicultor de Salta que, junto a su hijo, produce tres variedades de miel en tres apiarios ubicados en San Carlos, Quebrachal y La Silleta, en la provincia de Salta.

En diálogo con Cadena 3, padre e hijo compartieron cómo su pasión por la apicultura los llevó a consolidar un negocio que busca expandirse por toda la provincia.

"Siempre me gustaron las abejas, desde muy chico. En algún momento regalaba la miel, pero alguien me dijo: '¿Por qué no la vendés?'. No me gustaba la idea, pero con el tiempo empecé a vender y me gustó el dulce. Aquí estoy", relató Carlos Espinoza, el patriarca de esta familia apicultora. 

Su hijo, también llamado Carlos, explicó que el color y sabor de la miel varían según la floración de cada zona: "Todo depende del tipo de floración que hay en el campo".

Los tres apiarios del emprendimiento producen mieles con características únicas. En San Carlos, cerca del barrial, predominan el algarrobo y una rica floración que da una miel suave. 

En Quebrachal, la miel tiene un perfil más intenso gracias a la presencia de algarrobo, mistol, quebracho y viñal en un extenso monte. 

En La Silleta, la miel adquiere un sabor distintivo por el calito, diente de león y trébol. "Todo depende de la floración", detalló el hijo.

Actualmente, la familia Espinoza gestiona unas 150 colmenas distribuidas entre los tres apiarios, cada uno con su propia contextura y sabor. "Yo lo estoy siguiendo a mi papá", afirmó el joven Carlos, quien se involucró de lleno en el negocio familiar. Su objetivo es ambicioso: "Abarcar toda la provincia de Salta y seguir creciendo".

El emprendimiento de los Espinoza no solo destaca por la calidad de sus mieles, sino también por su arraigo en la tradición y la conexión con la naturaleza salteña.

Informe de Elisa Zamora.