Alperovich, con domiciliaria en el lugar donde la víctima denunció la violación

Una decisión judicial que ha generado revuelo en el ámbito político y social de Tucumán y el país: el exgobernador José Alperovich, condenado a 16 años de prisión por abuso sexual, deja el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza para cumplir arresto domiciliario en un lujoso departamento en Puerto Madero.

Ese fue uno de los lugares señalados por la denunciante como escenario de los primeros abusos.

La medida, autorizada por el juez Juan Ramos Padilla, desató críticas y abrió un nuevo capítulo en un caso que continúa polarizando a la opinión pública.

Alperovich, quien lleva detenido desde el 18 de junio de 2024 tras ser hallado culpable de nueve hechos de abuso sexual, pasará a un régimen de prisión domiciliaria bajo estrictas condiciones. 

Según confirmó Gabriel Alperovich, hijo del exmandatario, la familia se trasladó anoche a Buenos Aires en un vuelo de línea para ultimar detalles de la medida. 

Entre los requisitos impuestos por el juez se encuentran el uso de una tobillera electrónica, el pago de una caución real de 400 millones de pesos y la prohibición de cualquier contacto con la denunciante o su entorno, así como de realizar declaraciones públicas que la aludan.

La resolución de Ramos Padilla, quien también dictó la condena original, subraya que la prisión domiciliaria “no es un privilegio ni un acto de compasión, sino el ejercicio legítimo de una atribución legal basada en el cumplimiento de requisitos específicos”. 

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Sin embargo, la decisión no estuvo exenta de controversia, especialmente por el perfil del juez, conocido por sus posturas públicas y críticas hacia ciertos sectores judiciales, y por el hecho de que el departamento elegido en Puerto Madero fue señalado en el expediente como uno de los lugares donde ocurrieron los primeros episodios de abuso denunciados.

La fortuna de Alperovich, propietario de edificios, concesionarias de autos, campos y hacienda en provincias como Tucumán y Santiago del Estero, no pasó desapercibida en el análisis de esta medida. 

Este aspecto, sumado a la elección de Puerto Madero –un símbolo de lujo y exclusividad con vistas al Río de la Plata– ha alimentado las críticas sobre posibles privilegios en el tratamiento judicial del caso.

El fallo llega tras dos intentos fallidos de la defensa de Alperovich por morigerar su detención, ambos rechazados por el tribunal y ratificados por la Cámara de Casación Penal. 

La condena, que incluye delitos cometidos en un contexto de abuso de poder político y familiar, marcó un hito en la lucha contra la impunidad en casos de violencia sexual. 

Informe de Rosalía Cazorla y Gabriel Melián.