Cuando pedís un kilo de enseñanza y te dan tres cuartos

Hay un conflicto docente en muchas provincias, acá en Córdoba también. Nos olvidamos. Se nos hace costumbre, una banda de sonido de fondo que tal y cual día no hay clases, que hay asambleas, que se rechaza una propuesta. Y van pasando los días. El daño es enorme. Nadie lo cuenta.

Por ejemplo, sólo por paros, en las primeras cuatro semanas de clase en Córdoba se perdieron cuatro días. Es el 20% de los días de clase. De un saque. Un día a la semana, la escuela fracasó. Los chicos no tuvieron clases.

Además hay que sumar el feriado del 24, que en el caso de Córdoba casualmente se junta con los días de paro convocados por la UEPC para mañana y el jueves.

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Con eso, se van a peder 5 días en 4 semanas. O sea, el 25% de los días de clase. Otra forma de verlo: de las 4 semanas que han transcurrido desde que se iniciaron las clases ya perdimos una semana entera. Hubo clases sólo tres.

Y a nadie le pica la cola. Es como si todos los días fuéramos a la verdulería a comprar un kilo de papas y el verdulero todos los días nos diera 750 gramos. ¿Cuánto soportaríamos eso antes de cambiar de verdulero?

La cuestión es más grave todavía, porque encima no se perdieron todos los días juntos, sino que estamos ante un caos de interrupciones de la mínima rutina que se necesita para que los chicos tomen un ritmo y aprendan sin tener que advinar todos los días si hoy les toca matemática o no o tratando de recordar qué vieron la última vez que tuvieron lengua.

Acá estamos, contando las costillas. Hay demasiadas personas que se rasgan todos los días las vestiduras hablando de la educación pública, del rol del Estado y de compromiso, pero después te mejicanean, y en lugar de un kilo de enseñanza te meten tres cuartos en la bolsa, confiando en que, como no te enseñaron fracciones porque ese día había paro, no te vas a dar cuenta.

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