Una película que rompe tabúes pasó desapercibida en cines y triunfa en Netflix

Por Francisco Vidal

Hacer atractiva una película que transcurre casi en su totalidad con dos personajes en una habitación no es tarea fácil.

Pero "Buena suerte, Leo Grande", film que llegó a Netflix en los últimos días, sale más que airosa de ese cometido, gracias a una historia que a través de la comedia se mete con los tabúes que giran alrededor de la sexualidad. 

Emma Thompson interpreta a "Nancy", una mujer que enviudó y que admite que nunca hizo nada trascendente en su vida. Profesora de catequesis de 55 años, siempre se cuidó con todas las comidas, bebió muy poco y jamás tuvo un orgasmo. 

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Es por eso que, muchas inseguridades mediante, decide contratar a un trabajador sexual para explorar el mundo del placer, algo a lo que se había resignado.

Es así que contacta a "Leo Grande" (Daryl McCormack), un joven y esbelto gigoló que además de sus cualidades físicas ofrece contención, ternura o lo que sea que sus clientes necesiten.

En el medio de muchos idas y vueltas por el miedo que le genera romper ciertas barreras, la mujer se interesará cada vez más por conocer la historia de vida de este chico, algo que va a complicar todo.

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La película dirigida por Sophie Hyde aborda con respeto y sin pudor temas que usualmente son un tabú social, como la sexualidad en las personas mayores, la aceptación del cuerpo tal como es o la franqueza necesaria para hablar de lo que nos gusta.

Una puesta casi teatral y amena en el que se pasa de las risas a la emoción hacen que valga la pena ver uno de los trabajos más desafiantes de la carrera de Emma Thompson.