La necesidad de ser más responsables que nunca

 Estamos empezando la semana en la que se quiebra de alguna manera el verano cordobés, en el sentido de que estamos renovando los turistas en todo el país y en Córdoba y hemos hecho un ejercicio impensado hace dos años, cuando esta pandemia empezaba a despuntar y para esta época se convertía en una pequeña noticia que empezaba a salir en las secciones internacionales de los diarios. Iba cobrando una dimensión que ya para febrero era una preocupación mundial y en marzo se convirtió en la Argentina en la larguísima cuarentena que debimos atravesar.

Si quieren nos podemos focalizar fundamentalmente en los primeros 15 días de este año. Una experiencia sociológica inédita que consiste en que se han habilitado todas las posibilidades por la vieja normalidad, se ha recuperado casi en plenitud, con la salvedad de que hay un ejercicio de responsabilidad individual que incluye la vacunación.

Es exigible estar vacunado para poder participar de eventos sociales masivos, pero los eventos sociales masivos que estuvieron durante tanto tiempo prohibido están y estuvieron habilitados durante todo este tiempo. Y es así que hemos visto multitudes reunidas en la plaza, en la costa atlántica, en nuestros festivales de folklore de Jesús María, el festival de Carlitos La Mona Jiménez.En fin, tenemos muchos ejemplos en la temporada teatral que hay en Carlos Paz y la temporada teatral que hay en Mar del Plata.

Desde esta situación, el peor momento de la pandemia en términos de número de casos, una variante más benigna en cuanto a muertes y al mismo tiempo, un ejercicio de libertad personal de responsabilidad. Cada uno tiene que saber qué hace con su salud en términos de voy o no voy a tal lugar, voy o no voy al teatro, al cine , a una reunión con amigos.

Hay un ejercicio de libertad personal individual y cuando voy a esos lugares Cuando estoy en esas reuniones multitudinarias. Cuando asumo eventualmente algún riesgo, si lo hubiera, cómo me comporto, qué hago conmigo y con mis congéneres,con los que me rodean. Ese es el otro punto significativo e importante.El Estado está para decirnos lo que está pasando y en definitiva, está para ayudarnos a encausar a esta situación. Hay vacunas, se han descongestionado en la última semana los vacunatorios. No hay que hacer colas para vacunarse.¿Ha pasado la peor parte de la ola de Omicron? Aparentemente todavía no; vamos a empezar a ver mejores números a partir de esta semana. Ojalá que sí, porque la prometieron para la semana pasad pero esos números no retrocedieron.¿ El peligro en general subsiste? Sí, porque son tantos los casos que ineludiblemente alguna gente termina internada y alguna gente termina muriendo La mayoría de quienes están internados no están vacunados. Esto es, han ejercido, entre comillas su libertad de no vacunarse y actuar de forma irresponsable. Han terminado pagando con su salud. El no vacunarse si es verdad, Pero también hay gente que está vacunada y está atravesando una situación de salud delicada. Pensemos fundamentalmente en esa gente En la gente que aún estando vacunada, porque la ciencia no es absolutamente perfecta ni hay una garantía del ciento por ciento. .Pensemos en esa gente que estando vacunada porque tiene alguna comorbilidad, porque tiene una edad avanzada, porque tiene alguna enfermedad preexistente, corre un riesgo severo. Insisto entonces ;nuestro ejercicio de libertad individual que es también responsabilidad para con nosotros mismos y para con todos los demás.