Las claves del encuentro: Central frente a Russo y su San Lorenzo

Este sábado, Rosario Central se enfrenta a San Lorenzo de Almagro en un partido clave que se disputará en el Nuevo Gasómetro. Este encuentro tiene un condimento especial, ya que Miguel Ángel Russo, el creador del actual equipo canalla y campeón, será el encargado de dirigir al rival. La figura de Russo añade un elemento emocional y estratégico a este choque. 

La gran incógnita para Central pasa por su capacidad de generar juego. Desde la salida de Russo, el equipo se sostiene en la estructura que él dejó, pero en varios tramos ha mostrado dificultades para hilvanar fútbol. Y ahora el desafío es doble: enfrentan a un técnico que sabe perfectamente cómo neutralizar a sus viejos dirigidos. Russo conoce al detalle las sociedades ofensivas del equipo, sobre todo la influencia de Ignacio Malcorra y Maximiliano Lovera. Cortar esos circuitos será el primer objetivo de San Lorenzo, y romperlos, la primera tarea del equipo de Holan.

Otro punto imaportante será el doble 5 de Central, que llega condicionado por la ausencia de Ibarra. Su baja obliga a buscar una nueva fórmula en el mediocampo, y todo indica que Navarro será uno de los ejes. ¿Pero quién lo acompañará? ¿Podrán amalgamarse rápido? La respuesta a esa pregunta puede determinar si Central logra contener a un San Lorenzo que, pese a su irregularidad, tiene recursos y volumen de juego cuando encuentra espacios.

En la delantera también se abre un debate: el elegido para ser el 9. Enzo Copetti parte como favorito, por presencia, despliegue y oficio. Pero Ferreira aparece como una alternativa más fresca, con oportunismo y buen pie.

El cuarto eje del análisis tiene que ver con lo extrafutbolístico. San Lorenzo llega golpeado por una semana muy complicada: el pedido de licencia de su presidente, los cuestionamientos internos, las marchas de hinchas y un clima institucional enrarecido. Habrá que ver si el equipo logra abstraerse de ese contexto o si esa presión se cuela en el césped. No es un dato menor: cuando la pelota quema, la cabeza también juega.

Informe de Marcelo Lamberti.