Entre demócratas y republicanos
12/06/2025 | 02:34
Redacción Cadena 3
Los recientes eventos en las protestas de Los Ángeles frente a la política federal de inmigración han encendido un intenso debate entre los gobernadores de Estados Unidos, quienes están divididos según su afiliación política. El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, calificó la intervención militar del presidente Donald Trump como un peligro para la democracia y decidió presentar una demanda para intentar detenerla. Por otro lado, el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, ha puesto a la Guardia Nacional en alerta ante las manifestaciones programadas en su estado.
Este contraste en las respuestas demuestra cómo cada partido aborda las tensiones actuales y el uso de poderes ejecutivos en situaciones delicadas. Newsom, en un discurso transmitido por televisión, argumentó que las acciones del presidente solo agravan la crisis y responden a intereses políticos.
Un grupo de 22 gobernadores demócratas firmaron una declaración de apoyo a Newsom, donde condenaron el despliegue de tropas y dijeron que este tipo de medidas son “un alarmante abuso de poder”. Según los gobernadores, esta acción erosiona la confianza en las tropas y socava la misión de su uso.
Las protestas en Los Ángeles se han reducido a unas pocas calles del centro. Durante una jornada, se registraron casi 200 detenciones y varios agentes de policía resultaron heridos.
Los republicanos, sin embargo, mantienen una postura más reservada sobre el uso de tropas. Hasta ahora, no han especificado cuándo o cómo planean llevar a cabo estas acciones en las manifestaciones, lo que deja un vacío de información en medio de un ambiente ya de por sí tenso.
En el contexto de estas crisis, los gobernadores demócratas están manejando con cautela sus reacciones contra Trump, considerando las posibles repercusiones políticas que podrían enfrentar en sus regiones, donde algunos electores respaldan las acciones del presidente en la frontera. Asimismo, sus respuestas se adaptan a sus aspiraciones políticas, particularmente para aquellos que ven en su liderazgo un potencial camino a la presidencia en el futuro.
Kristoffer Shields, un experto en política estadounidense, destacó que para muchos de estos gobernadores, las decisiones están motivadas por cómo sus críticas podrían interpretarse por los votantes locales, que en algunos casos son indecisos entre el apoyo a los demócratas o a los republicanos.
Se han escuchado preocupaciones sobre las represalias del gobierno federal hacia gobernadores que se oponen abiertamente a Trump. Las encuestas previas han mostrado que casi la mitad de los estadounidenses aprueban las políticas inmigratorias del presidente, aunque estas cifras podrían cambiar ante el reciente despliegue militar. Desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, los gobernadores han estado adecuando sus posturas dependiendo de la atmósfera política y, en algunos casos, optan por no criticar abiertamente al presidente.
La gobernadora de Maine, Janet Mills, se enfrentó el mes pasado a Trump por recortes de fondos, pero ha mantenido un enfoque más conciliador en otras áreas. Mientras tanto, algunos, como el gobernador de Hawái, inicialmente se mostraron muy críticos hacia el mandatario, pero luego optaron por un enfoque más conservador al hablar sobre él.
Aun con la presión, muchos gobernadores demócratas aún apoyan activamente a su colega de California. La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, y el de Illinois, JB Pritzker, han mostrado su respaldo hacia Newsom ante la situación de protesta y su manejo del tema en la Corte.
El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, expresó su oposición al despliegue militar, argumentando que crea caos y desorden. Shapiro, quien fue un fuerte crítico de Trump's durante su mandato como fiscal general, ha moderado su retórica como gobernador, sugiriendo que un enfoque firme puede ser más eficaz en este clima.
Los gobernadores republicanos, como Ron DeSantis en Florida, han lanzado críticas contra sus oponentes demócratas, ofreciendo ayuda en términos de despliegue militar. Sin embargo, Newsom ha rechazado tales ofrecimientos, alegando que ya hay suficiente caos debido a la intervención del gobierno federal.
A medida que se programan nuevas manifestaciones, especialmente en estados como Connecticut y Texas, los gobernadores se están preparando desde diferentes enfoques para manejar las futuras tensiones. En Connecticut, se busca coordinar el trabajo entre las fuerzas policiales locales y estatales, mientras que en otros estados se observan las tensiones que podrían surgir. La situación es compleja y afecta a muchos aspectos políticos de los actuales titulares, especialmente a medida que buscan navegar adecuadamente en un clima profundamente polarizado.
[Fuente: AP]
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