El cardenal Prevost se entrenaba en un gimnasio en Roma antes de ser elegido papa

ROMA (AP) — El gimnasio Omega, popular entre residentes del exclusivo distrito Prati y miembros del clérigo de la Ciudad del Vaticano, fue durante años el lugar de entrenamiento del futuro papa. Este gimnasio no solo era una rutina para quienes allí se ejercitaban, sino que recientemente se convirtió en el hogar de alguien que cambiaría el rumbo de la Iglesia Católica.

Robert Prevost, quien llegó al Vaticano desde Perú en 2023, asumió como el jefe del Dicasterio que evalúa las nominaciones de obispos de todo el mundo. Durante dos años, el cardenal Prevost hizo de Omega su lugar de entrenamiento regular, hasta que el mes pasado fue nombrado papa León XIV.

Francesco Tamburlani, propietario del gimnasio, comentó: “Cuando escuché el nombre del nuevo papa, mi hijo me llamó emocionado: '¡Papá, es Robert! ¡Robert, nuestro miembro!'. Celebramos esta noticia, fue un momento conmovedor para todos nosotros.”

Prevost, a sus 69 años, no era un principiante en el ejercicio, según su entrenador personal, Valerio Masella. Aunque difícilmente se puede categorizar un régimen de entrenamiento basado en la edad, el plan de Prevost se asemejaba más a lo que se espera de un hombre de 50-55 años. Masella lo instruía de dos a tres veces por semana en sesiones que alcanzaban hasta una hora.

Masella compartió que el entrenamiento de Prevost era intenso: “Comenzamos poco a poco, pero después nuestra rutina se tornaba exigente, especialmente el trabajo de resistencia.” El cardenal solía correr en una cinta que daba vistas a un mural con icónicas edificaciones locales, incluido el majestuoso Vaticano.

A pesar de sus logros en el deporte, Masella nunca supo que su cliente era un cardenal. “Siempre lo vi como una persona positiva. Nunca escuché quejándose sobre nada, ni del clima ni de la ciudad,” señaló. Un portavoz del Vaticano no ofreció comentarios al respecto.

El cardenal Prevost no es el primer papa que se destaca en el ámbito deportivo. Su predecesor, Juan Pablo II, fue un apasionado esquiador y montañista. En cuanto a Prevost, su deporte favorito es el tenis. Recientemente se reunió con Jannik Sinner, el número uno del mundo, quien se ofreció a jugar con el nuevo papa durante su tiempo libre en el Abierto de Italia.

Luego de asumir su cargo en el Dicasterio para los Obispos, Prevost comentó que su nueva posición le dejó poco tiempo para jugar. A pesar del clima mediterráneo propicio para el tenis, su nuevo rol podría limitar aún más su tiempo en la cancha.

El propietario del gimnasio Omega, Tamburlani, manifestó que Prevost es siempre bienvenido para entrenar: “Su membresía se mantiene activa. Haremos los ajustes necesarios para garantizar su seguridad y privacidad si decide regresar a ejercitarse.”