Diana Salazar asume como embajadora de Ecuador en Argentina tras su renuncia

QUITO (AP) — Diana Salazar, ex fiscal general de Ecuador, ha sido nombrada embajadora de Ecuador en Argentina por el gobierno de Daniel Noboa, un día después de haber presentado su renuncia al cargo tras seis años de servicio, según informó la Secretaría de Comunicación de la Presidencia.

Durante su gestión, Salazar lideró importantes investigaciones en casos de corrupción contra altos funcionarios, lo que ha generado un amplio impacto en el ámbito político. Su nombramiento fue formalizado a través de un decreto ejecutivo una vez que Argentina otorgó su beneplácito a la designación.

La revelación de su nueva posición ocurrió inmediatamente después de que la Asamblea Nacional de Ecuador aceptara su renuncia por unanimidad, con el respaldo de 136 asambleístas, designando a Wilson Toainga como fiscal subrogante hasta que se designe al nuevo titular del Ministerio Público.

Salazar ha enfrentado críticas de sectores políticos como la Revolución Ciudadana, encabezada por el expresidente Rafael Correa, acusándola de actuar bajo intereses del poder político. A pesar de estos cuestionamientos, la ex fiscal logró evitar intentos de destitución en el Legislativo.

Finalizó su mandato en abril y se encontraba en funciones prorrogadas. Como fiscal general, llevó a cabo investigaciones que involucraron a figuras políticas de relevancia, como el expresidente Correa, condenado en diversas causas de corrupción, y al exvicepresidente Jorge Glas, quien se encuentra en prisión por delitos similares. También se investigó a otros exmandatarios como Lenín Moreno y Guillermo Lasso por actividades presuntamente ilegales.

En su carta de renuncia, que fue leída durante la sesión legislativa del miércoles, Salazar expresó su decisión de residir en el extranjero por temor a represalias de grupos criminales a los que había desmantelado en su función.

Además, lideró el caso denominado Metástasis, que reveló la conexión entre narcotráfico y sectores judiciales y políticos en Ecuador, por el que se originaron nuevas investigaciones sobre los lazos entre políticos y organizaciones criminales.

Toainga, de 59 años y cercano a Salazar, ahora enfrenta el reto de mantener las líneas de trabajo impulsadas por su antecesora, quien fue reconocida como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo por la revista Time. Entre sus desafíos se encuentra el juicio a Glas por presunto peculado en obras de reconstrucción tras el devastador terremoto de 2016 que dejó cerca de 700 fallecidos. Toainga es un funcionario de carrera con extensa trayectoria, habiendo ejercido como fiscal subrogante y en importantes unidades de investigación.