Despliegue de la Guardia Nacional en protestas de EEUU: un legado histórico

El presidente Donald Trump ordenó el despliegue de efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles como reacción a las protestas por las redadas migratorias del gobierno federal. Esta decisión se enmarca en una larga tradición de funcionarios electos en Estados Unidos que han recurrido a soldados para intentar calmar disturbios vinculados a la lucha por los derechos civiles.

Generalmente, las tropas de la Guardia Nacional son enviadas a zonas de emergencia o desastres naturales, requeridos por los gobernadores de cada estado. Sin embargo, Trump envió aproximadamente 1.000 soldados de California a Los Ángeles, desoyendo las objeciones del gobernador Gavin Newsom y de la alcaldesa Karen Bass, ambos del partido demócrata.

Las protestas estallaron el pasado viernes, cuando un grupo numeroso de manifestantes exigió la liberación de más de 40 personas arrestadas por las autoridades de inmigración en diferentes partes de la ciudad, todo en el marco de una política de deportación masiva impulsada por la administración Trump.

El sábado, Trump defendió el despliegue, argumentando que era imprescindible federalizar las tropas para “enfrentar la anarquía” en California. Por su parte, Newsom calificó la orden de “reacción exagerada” y sostuvo que solo provocaría un aumento en las tensiones existentes.

Históricamente, los despliegues de la Guardia Nacional han tenido efectos variados. En algunos casos, han logrado mantener la paz durante episodios de tensión, pero también han intensificado la confrontación entre las fuerzas del orden y los manifestantes en lucha por los derechos civiles.

Ocasionalmente, presidentes de Estados Unidos han apelado a leyes antiguas como la Ley de Insurrección para activar a la Guardia Nacional en situaciones de disturbios. En este caso, Trump se basó en una normativa similar para federalizar las tropas, una decisión que no es aislada en el contexto estadounidense.

La historia muestra varios episodios significativos de despliegue de la Guardia Nacional en protestas. En 2020, durante las manifestaciones por la muerte de George Floyd, Newsom envió cerca de 8.000 efectivos para controlar las tensiones raciales, resultando en miles de arrestos. En 1992, el entonces presidente George H.W. Bush utilizó la Ley de Insurrección tras la absolución de los policías que golpearon a Rodney King, lo que desató disturbios en Los Ángeles, resultando en numerosos fallecimientos.

A lo largo de las décadas, diferentes conflictos también llevaron a la intervención de la Guardia Nacional, incluyendo revueltas en el vecindario de Watts en 1965 y las protestas por la integración racial en los años 50 y 60. Estos antecedentes subrayan la compleja relación entre fuerzas del orden, política y derechos civiles en Estados Unidos; una historia que continúa desarrollándose con cada nueva protesta.

Por último, los despliegues de la Guardia Nacional en protestas subrayan una tensión persistente en la sociedad estadounidense: tratar de proteger el orden público mientras se busca defender los derechos de todos los ciudadanos. Así, cada intervención puede ser vista tanto como una respuesta inmediata a disturbios como una parte de un patrón histórico más amplio.