Cuáles fueron los huracanes más extremos de la historia: de Melissa a Galveston

El huracán Melissa marcó un nuevo capítulo en la historia de la meteorología. En octubre de 2025, la tormenta de categoría 5 azotó Jamaica con vientos sostenidos de 295 km/h, convirtiéndose en el huracán más potente jamás registrado en la isla y el más fuerte del año en el Atlántico. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) la describió como la “tormenta del siglo” para Jamaica, mientras que el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. advirtió sobre “inundaciones repentinas catastróficas y potencialmente mortales”.

El Gran Huracán de 1780: la tormenta más mortal del Atlántico

En octubre de 1780, mucho antes de que existieran radares o satélites, el Gran Huracán del Caribe devastó Barbados y otras islas vecinas. Con vientos estimados en más de 322 km/h, arrasó todo a su paso: casas, plantaciones y barcos enteros. Las descripciones de la época hablan de un ruido tan ensordecedor que “la gente no podía oír sus propias voces”.

El número de muertos se calcula entre 20.000 y 27.500, lo que lo convierte en el huracán más letal del Atlántico. Luego continuó su ruta destructiva hacia Martinica, Santa Lucía y San Eustaquio, donde olas de más de siete metros arrastraron pueblos enteros y flotas navales completas de Francia y Gran Bretaña.

Galveston 1900: la tragedia que marcó a Estados Unidos

Más de un siglo después, el huracán de Galveston azotó Texas el 6 de septiembre de 1900, con vientos de 225 km/h. La ciudad costera fue literalmente arrasada por el mar. 

Se calcula que murieron entre 6.000 y 8.000 personas, el peor desastre natural en la historia estadounidense. Un pescador sobreviviente relató: “Nos topamos con tantos cadáveres que tuve que avanzar con una pica y apartarlos”.

Katrina y Mitch: los huracanes más destructivos

El huracán Katrina (2005) no fue el más fuerte, pero sí el más costoso. Con vientos de 225 km/h y marejadas de hasta 8,5 metros, devastó el sureste de Estados Unidos, especialmente Nueva Orleans, donde el colapso de los diques dejó el 80% de la ciudad bajo el agua. El saldo económico fue de más de 200.000 millones de dólares, y su impacto político y social aún resuena en la memoria colectiva.

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En contraste, el huracán Mitch (1998) castigó a Centroamérica con una furia prolongada. Aunque perdió fuerza al tocar tierra, permaneció días sobre Honduras y Nicaragua descargando lluvias torrenciales. El resultado: entre 10.000 y 19.000 muertos, medio millón de personas sin hogar y pueblos enteros sepultados por deslaves. Fue, según la ONU, “una catástrofe humanitaria sin precedentes”.

Patricia (2015): la velocidad del viento más alta jamás registrada

El huracán Patricia, formado frente a las costas del Pacífico mexicano, batió récords meteorológicos. En apenas 24 horas pasó de tormenta tropical a categoría 5, alcanzando vientos de 356 km/h, la mayor velocidad registrada en el hemisferio occidental. Por fortuna, su trayectoria atravesó zonas poco pobladas, lo que evitó una tragedia mayor.

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Su intensidad lo igualó al tifón Nancy de 1961, considerado el más poderoso del planeta.

Melissa y el futuro incierto del clima

Con vientos de casi 300 km/h, el huracán Melissa se inscribe ahora en esa lista negra de fenómenos extremos. Para Jamaica, fue la peor tormenta de su historia moderna y un recordatorio del riesgo creciente que enfrentan las islas del Caribe ante el calentamiento global y el aumento de la temperatura oceánica.

Los expertos advierten que las condiciones que alimentaron a Melissa —aguas más cálidas, humedad alta y un patrón de presión atmosférica inusual— podrían repetirse con mayor frecuencia. En palabras del climatólogo Trevor Williams: “Lo que antes llamábamos tormentas del siglo, podrían empezar a ser tormentas de la década”.