Novedades en la economía europea
04/06/2025 | 13:05
Redacción Cadena 3
FRÁNCFORT, Alemania (AP) — Funcionarios de la Unión Europea aprobaron el miércoles la incorporación de Bulgaria como el 21er miembro de la unión monetaria del euro, un paso crucial para fortalecer los lazos entre los países miembros.
Este país balcánico, con una población de 6,4 millones, hará el cambio de su moneda, el lev, al euro el 1 de enero de 2025.
A continuación, se presentan detalles esenciales sobre la eurozona y el proceso de integración de los países.
El euro es una moneda común y un sistema monetario que se estableció en 1999, cuando 11 naciones de la UE fijaron irreversiblemente sus monedas al euro y luego pusieron en circulación billetes y monedas en 2002.
El Banco Central Europeo (BCE) fue creado por la UE para gestionar la política monetaria y establecer tasas de interés de referencia para los países miembros, desempeñando un rol similar al de la Reserva Federal en Estados Unidos.
Para unirse a la eurozona, los países deben cumplir cuatro criterios: mantener una inflación baja, controlar déficits y deuda, mantener tasas de interés a largo plazo bajas y tener un tipo de cambio estable con el euro. Además, deben pasar un periodo de “sala de espera” de dos años en el que su moneda no presente grandes fluctuaciones frente al euro. Este proceso demuestra que sus economías están en sintonía con la eurozona.
Una vez que la Comisión Europea verifica que se cumplen las condiciones, los gobiernos de la UE deciden por mayoría cualificada. Esto requiere el apoyo de al menos el 55% de los Estados miembros que representen al menos el 65% de la población de la UE.
Después de unirse, los países deben acatar reglas que limitan la deuda y los déficits para prevenir desequilibrios que puedan comprometer el euro.
La Comisión Europea confirmó el miércoles que Bulgaria ha cumplido los requisitos, respaldada por el BCE. La cuestión será objeto de votación en una reunión de ministros de finanzas de la UE programada para el 8 de julio, donde se espera que la aprobación sea determinante.
Bulgaria tiene una peculiaridad: ató su lev al euro desde 1999, incluso antes de oficializar su ingreso a la UE en 2007. También presenta un bajo nivel de deuda, solo el 24,1% del PIB anual, muy por debajo del umbral del 60% exigido. El último paso implica que la inflación no exceda un 2,8% o un 1,5% sobre el promedio de los tres países más bajos en eurozona.
A pesar de ciertos temores en torno a la corrupción y el lavado de dinero, tanto la Comisión como el BCE reconocieron los avances de Bulgaria en esos temas.
Una encuesta reciente del Eurobarómetro reveló que el 50% de los búlgaros se opuso al euro, mientras que un 43% expresó su apoyo. Los temores de inflación, la desconfianza en las instituciones y la desinformación en redes sociales son algunos de los factores que influyen en esta decisión.
Algunos políticos nacionalistas han propuesto un referéndum para mantener la moneda nacional, aunque esta iniciativa fue rechazada por el Parlamento. Entre las afirmaciones engañosas que circulan se encuentra la idea de que el euro permitiría a la UE confiscar cuentas bancarias inactivas.
El 1 de enero se enviarán euros a los cajeros automáticos, mientras que ambas monedas coexistirán durante un mes. Posteriormente, los billetes de lev podrán ser cambiados en bancos por 12 meses y de forma indefinida en el banco nacional búlgaro.
Teóricamente, el euro permite tasas de interés más bajas y facilita el comercio entre naciones que lo utilizan. Las empresas ya no soportan costos por cambios de divisas, y los viajeros evitan pagar comisiones al cambiar dinero.
Los países que se unen al euro participan en el consejo de fijación de tasas del BCE, lo que les otorga voz en la fijación de políticas monetarias de la eurozona.
Los países que adoptan el euro renuncian a parte de su autonomía económica. No pueden fijar sus propias tasas de interés y enfrentan limitaciones en el gasto público. Asimismo, en situaciones de crisis, como la vivida en la eurozona entre 2010 y 2015, pueden verse perjudicados, como sucedió con Grecia y otros países que necesitaron rescates financieros a cambio de estrictas medidas de austeridad.
El presidente del BCE, Mario Draghi, fue clave para estabilizar la crisis de la eurozona, prometiendo hacer “lo que sea necesario” para salvar la moneda común. Desde entonces, se ha mejorado la supervisión bancaria y se han establecido fondos de rescate.
Aunque todos los miembros de la UE se comprometen a unirse al euro, no todos han cumplido con los requisitos. Dinamarca y Suecia, por ejemplo, tienen excepciones y otros países como Chequia y Polonia tampoco lo han adoptado. Polonia, que ha visto crecer su economía sin el euro, mostró interés limitado en unirse.
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Esta noticia fue adaptada del inglés por un editor de AP con la ayuda de inteligencia artificial.
[Fuente: AP]
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