El rey Carlos III.

Maravillas de este siglo

Su graciosa Majestad

17/09/2022 | 14:35 |  

Redacción Cadena 3

María Rosa Beltramo

El príncipe Carlos sabía que le esperaba la corona desde que aprendió a caminar. El prolongado reinado de su madre, Isabel II, demoró su llegada al trono pero, finalmente, y como estaba escrito,se convirtió en el nuevo monarca.

A diferencia de la proclamación de la autora de sus días , cuando una transmisión en directo era una proeza y más de la mitad de la población ni siquiera tenía televisor,al flamante rey le ha tocado una época de exposición continua.

Si hubiera ocurrido en los 50, sólo algún reservado ujier habría sido testigo de que Carlos III pidió de forma altanera que quitaran el tintero de un escritorio y que un día después batalló contra una lapicera, perdió y terminó con los dedos enchastrados.

/Inicio Código Embebido/

Mirá también

Maravillas de este siglo

/Fin Código Embebido/

Hasta el último de sus súbditos supo que había ordenado algo que pudo hacer él mismo-correr el tintero- y que se enojó más de la cuenta por culpa de una pluma que no logró manejar.

Encima, no consiguió evitar una mueca de disgusto, además de proclamar "Oh, Dios, no puedo soportar esta maldita cosa " antes de dejar la conflictiva lapicera en manos de Camila,la reina consorte.

Demasiado malhumor para el debut en un cargo que demandó 70 años de preparación y que exige ,casi exclusivamente, un estricto apego al protocolo.

Es verdad que la mayoría de las reglas que debe seguir y hacer respetar son ridículas para casi todo el mundo, pero tienen sentido para la realeza y los ciudadanos que la mantienen con sus impuestos y la disfrutan como un juguete exótico.

/Inicio Código Embebido/

Mirá también

Maravillas de este siglo

/Fin Código Embebido/

El nuevo monarca tuvo al pueblo a su lado, respetando su dolor de hijo y dándole la bienvenida con el esperado "Dios salve al rey". Su primera aparición consiguió hasta el toque de modernidad de una entusiasta mujer que lo besó en la boca y de un hombre que saltó la valla e intentó correr a su encuentro.

Y sumado a la probable impericia del hijo de Isabel, el equipo que le cuida la imagen no se mostró a la altura de la popularidad que necesita forjarse.

¿Era necesario que a horas de la proclamación le mandaran los telegramas de despido a un centenar de colaboradores de Clarence House, su anterior residencia?

/Inicio Código Embebido/

Mirá también

/Fin Código Embebido/

Es improbable que el rey tenga en el futuro el consenso del que disfruta por estas horas, con el pueblo volcado a las calles despidiendo a su eterna soberana y saludando su llegada.

Tal vez le hubiera convenido el pequeño sacrificio de una semana entera dedicada a las honras fúnebres de su antecesora en lugar de procurarse una jornada de descanso en la residencia Highgrove de Gloucestershire. El apuro en disfrutar de un franco de servicio está mal visto cuando aún no se ha cumplido una semana de labor , tanto si el que lo gestiona es un rey como si lo hace su sirviente .

Y si el fastidio vuelve a imponerse a su antiguo deseo de reinar, tendrá que releer el lema de la casa Windsor: sobrevivir. Adaptarse o morir.

/Inicio Código Embebido/

Mirá también

Maravillas de este siglo

/Fin Código Embebido/


Te puede Interesar

Incidente en Córdoba

El accidente ocurrió en el colegio Cristo Rey. En diálogo con Cadena 3, el padre de Valentina Cuello contó: "Ya no está intubada y respira por sus propios medios”.

Certamen gastronómico

Se trata de Juan Carlos Reynoso. La competencia tuvo lugar este domingo en Tucumán. “Siento que es fruto de mi esfuerzo de todos los días”, dijo a Cadena 3.