Interior del penal de Marcos Paz.

La quinta pata del gato

Violación en la cárcel: tener sexo no es un derecho humano

03/08/2023 | 11:34

 

Redacción Cadena 3

Adrián Simioni

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Violación en la cárcel: tener sexo no es un derecho humano

Hay una noticia que corre el riesgo de pasar inadvertida. Y tiene que ver con el manejo de las cárceles en la Argentina, tema del que acá hablamos mucho.

Hoy se conoció la noticia de que el Estado, es decir todos nosotros, va a indemnizar con dos millones de pesos a una mujer que en marzo de 2016 fue a una visita conyugal a la cárcel de Marcos Paz, en Buenos Aires, fue violada y herida por su novio.

La mujer contó que, cuando estaba a solas con su novio en el penal, le dijo que no quería mantener la relación, que su pareja estalló en furia, la violó y la lastimó con un bisturí.

La Justicia entendió que el Servicio Penitenciario bonaerense falló en la vigilancia de la visita, en el cacheo del agresor y en el funcionamiento incorrecto del botón de alarma que había en la habitación.

No nos vamos a meter con el tema de la violación realizada durante una visita cuyo propósito explícito es tener sexo, porque la agresión fue comprobada en la justicia, no es un invento.

Pero sí destacar que estamos ante algo nuevo: ¿ahora, además de mantener a los delincuentes en las cárceles también nos vamos a tener que hacer cargo de sus delitos? Porque esos delitos también son posibles sólo gracias a la ineptitud o la corrupción con la que se manejan algunas cárceles. 

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Sin celulares en las cárceles no habría estafas. El caso de la violación nos parece muy razonable. Pero, reduzcámoslo al absurdo: por ejemplo, la próxima vez que un delincuente alojado en una cárcel le vacíe a cuenta bancaria a un jubilado usando teléfonos que no debería tener ¿todos nosotros vamos a indemnizar al jubilado así como vamos a indemnizar a esta víctima de una violación?

¿Cuánto costaría esto? El desastre de los servicios penitenciarios y la opacidad judicial de la Argentina ni siquiera permite saber cuántos delitos se cometen en y desde las cárceles, gracias a la inoperancia o la corrupción de los servicios penitenciarios. No les conviene que se conozcan esos números.

En todo caso, hay que reestructurar los sistemas carcelarios para que las cárceles dejen de generar más problemas que los que solucionan. No estamos preparados para este debate, pero ¿por qué no privatizar su manejo? Cuando la empresa privada deba hacerse cargo de las indemnizaciones van a ver cómo se terminan los bisturíes y los celulares en las prisiones.

Pero hasta que logremos que los servicios penitenciarios funcionen con un mínimo de transparencia y eficiencia, hay que hacer otras cosas. Por ejemplo: si la lógica es que en una visita conyugal hay riesgo de crimen, entonces hay que prohibir las visitas conyugales. Muy simple. Tener sexo no es un derecho humano, no figura en la Declaración Universal ni en el Pacto de San José de Costa Rica. Si querés amor y sexo, no seas delincuente. Muy sencillo. No se va a morir nadie.

Es urgente. Las cárceles tienen que dejar de ser countries con seguridad 24 horas pagada por nosotros, tienen que dejar de ser shoppings de la droga financiados con el presupuesto público, fábricas de delitos bancadas con impuestos, paraísos digitales con wifi a cargo de ciudadanos honestos que a duras penas pueden pagarse Internet en sus propias casas, tienen que dejar de ser universidades del delito. Y también tienen que dejar de ser telos con seguros de riesgo pagados por todos nosotros. Las cárceles tienen que ser cárceles.

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