Un manual de contradicciones para frenar la inflación

Sin poder atacar a fondo y con rapidez la causa de la inflación, a Sergio Massa ya se le quemaron todos los manuales. Pero el catastrófico 8,4% de inflación de abril lo obligó a anunciar una nueva serie de medidas. ¿Funcionarán? Algunas medidas parecen absurdas. Otros no tanto. Pero casi todas son, eso sí, contradictorias con medidas que están en el mismo paquete.

Por ejemplo, van a subir las tasas de interés que pagan los bancos por plazo fijo al 97% anual, lo cual implica que si hacés un plazo fijo a 30 días de 10 mil pesos y lo renovás durante 12 meses al cabo de ese año obtenés 15.400 pesos. Algo inviable a largo plazo. Es para sacar pesos del mercado, frenar el consumo, enfriar la economía, bajar la inflación.

Lo curioso es que mientras sube esas tasas a la estratósfera, el gobierno dice que va a bajar en un 9% la tasa del Ahora 12. No hay precisiones. Hoy la tasa es de 66% para los tres meses, y se supone que bajaría a 57%. También promete bajar Habrá que ver qué dicen los bancos sobre pagar más a los depositantes y cobrarles menos a sus deudores. Es contradictorio con lo anterior: implica volcar pesos al mercado, alentar el consumo, calentar la economía y no bajar la inflación.

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Otra contradicción elemental. El gobierno ha dicho que el Banco Central va a aumentar su intervención en el mercado cambiario para contener al dólar. Pero para eso hay que tener dólares. Y todo lo que estamos sufriendo es precisamente porque el Central se quedó sin dólares.

Es paralela a la intención de autorizar al Mercado Central de Buenos Aires a importar alimentos no sólo con dólares subsidiados sino sin pagar aranceles para competir con los precios internos. Pero si se supone que no hay dólares ni siquiera para importar insumos críticos para la producción de alimentos interna.

Un manual de contradicciones para frenar la inflación. Supongo que la mitad de estas medidas serán fulbito para la tribuna: la baja de tasas de Ahora 12, la importación de alimentos... y la otra mitad el plan verdadero, que es una forma de ajuste.