A Tierra del Fuego le acaban de preparar un incendio

¿Te gustaría jubilarte a los 50 años y con el 82% móvil?

El lunes, en Tierra del Fuego, los legisladores votaron por unanimidad un nuevo régimen previsional. Era una promesa que hizo en 2019 el hoy gobernador, Gustavo Melella, un radical K, para ganar las elecciones. Ahora Melella quiere ser reelegido y entonces motorizó el proyecto.

El nuevo sistema va en contra de todo lo que indican la demografía y la prudencia fiscal.

Los empleados públicos fueguinos van a poder jubilarse a los 55 años hasta 2027 y cobrar hasta el 88% si hacen un aporte extra en los pocos años que les quedan como activos. Recién después, en forma paulatina, la edad empezará a subir a los 60, lo que seguirá siendo muy bajo (para el resto de los mortales es 60 años las mujeres y 65 los varones).

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Melella también regalará jubilaciones más caras porque el haber inicial no se va a calcular más como un promedio de lo cobrado en los últimos 10 años de trabajo (como para los demás mortales) sino sobre los mejores 60 sueldos de esos últimos 10 años.

Los privilegios más desopilantes serán para los docentes. En primer lugar, se van a poder jubilar a los 50 años, con el 82%. Pero ni siquiera tendrán que aportar 30 años. Bastará con 25. Como la expectativa de vida ya llega a los 77 años, un maestro que entró a trabajar a los 25 años podrá jubilarse a los 50 y terminar viviendo del Estado más años como jubilado que los que pasó trabajando. Pero hay más: el maestro de primaria sólo tendrá que pasar 10 años efectivos frente al aula. Si los 15 años restantes vegeta en algún escritorio burocrático igual se podrá jubilar a los 50. Y si es del secundario bastará con que tenga 12 horas cátedra, menos de la mitad del trabajo pleno.

Melella les había prometido estos y más privilegios a los docentes. Pero cuando el resto de los empleados se enteraron, ATE exigió lo mismo. Y eso es lo que acaban de hacer.

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El sistema previsional fueguino ya había quebrado en la década pasada. Por eso la exgobernadora Rossana Bertone, peronista, no le quedó otra que quemar su capital político para hacer una reforma que eliminó los beneficios impagables que ahora la demagogia de Melella vuelve a poner en marcha.

¿Quién va a mantener todo eso? La ley aumenta aportes patronales y personales (o sea, tendrá que pagar la Provincia) y dice que, si no alcanza, ponga la plata la Provincia. O sea, lo mismo.

Tierra del Fuego es una provincia de por sí atestada de empleados públicos. Y logra a duras penas pagar los sueldos (hoy mismo hay paro total de los judiciales) gracias a la cantidad de dinero que le regala el resto del país. Le pagamos regalía por el petróleo y el gas. Por coparticipación y otros impuestos, por cada fueguino la Nación manda el triple de fondos que el que manda por cada cordobés. Pero además, los fueguinos pagan muchísimos menos impuestos, empezando por los del régimen de promoción industrial. Igual eso no le va a alcanzar. Como no le alcanzó antes. Es casi inevitable que, en algún momento, en Tierra del Fuego habrá otra vez un incendio. Cuando eso suceda, acuérdense de la demagogia y la irresponsabilidad de Melella.