40 mil pesos por voto y a veces un pollo

Recientes informes revelan una alarmante práctica clientelar en La Rioja, donde se están repartiendo 40 mil pesos por voto. Este acto, que sorprende por su descaro, ocurre en la residencia oficial del gobernador, en un contexto de aglomeraciones de personas que hacen cola para recibir el efectivo.

Según testimonios recopilados, la metodología consiste en agrupar a las personas y entregarlas el dinero en un patio interno, lo que se convierte en una práctica habitual en la provincia. Hay gente que en La Rioja dice: "Me llamás a votar ¿Qué me das?".

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Este fenómeno no es nuevo y repercute en el ejercicio de una elección genuina. Se usan fondos públicos para atentar contra la democracia. Si un candidato de oposición no tiene ninguna oportunidad ante un oficialismo que regala dinero, se presenta una clara violación a la ley electoral.

Más allá de la anécdota, se destaca un cuestionamiento mayor: la coparticipación de impuestos que ha permitido durante más de cuarenta años que estas provincias se mantengan en la misma situación. 

El debate se torna crucial, ya que la legalidad y la ética están en juego. Las autoridades, incluidas los fiscales federales, parecen no ver estas acciones que son, sin duda, un delito. ¿Cuándo lo vamos a poner en la agenda para terminar con estos regímenes que usan el dinero para eternizarse en el poder?.

La situación en La Rioja exige una atención urgente por parte de las autoridades y la sociedad en general, para erradicar estas prácticas que son un claro atentado contra los principios democráticos.