Mauricio Caranta, el inoxidable arquero de Talleres

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Mauricio Caranta, el inoxidable arquero de Talleres

29/11/2020 | 14:44 |   

Raúl Monti

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Mauricio Caranta, el inoxidable arquero de Talleres

La pandemia que azota al planeta provocó una fuerte crisis que, entre tantos otros, también pegó en los futbolistas. Y, especialmente, en aquellos que con las primeras canas comenzaban a pensar en colgar los botines.

El imaginario popular podría haber especulado en ese momento que, con 42 años, Mauricio Caranta era candidato a ocupar ese lote, que al poco tiempo albergó a estrellas de la talla de Javier Mascherano o Fernando Gago.

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Sin embargo, pese a que el calendario personal del arquero ya había superado las cuatro décadas, a su cuerpo y mente poco le importaban. Con el frío invernal invitando a un café junto al fuego, antes del amanecer de agosto tomó una decisión: quería retirarse en cancha. Y el tiempo le dio la razón en un Talleres que sorprende.

Como un guiño de lo que sería su destino, Mauricio Caranta nació un 31 de julio de 1978, un mes después de que la Selección argentina levantara su primera Copa del Mundo. Y fue en Bell Ville, capital mundial de la pelota de fútbol y cuna de Mario Alberto Kempes, estrella de ese certamen ecuménico.

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“Mauri” dio sus primeros pasos en las canchas de la geografía cordobesa. Sin criarse con un entrenador de arqueros, aprendió a limar ciertas falencias técnicas con horas revolcándose sobre la tierra después de los entrenamientos del disuelto Deportivo Colón y Escuela Presidente Roca.

Tiempo después llegó a Instituto, su primera casa, donde con el transcurrir de los partidos se convirtió en ídolo indiscutible.

Tras ser parte del plantel que ascendió a Primera y bajo la dirección técnica de “Carucha” Corti, debutó en el Monumental un 6 de agosto de 1999, ante River, que ganó 4-1. “La Gloria” mostraba sus primeras cartas en la máxima categoría y, pese a los cuatro goles en contra, Mauricio fue figura en ese partido.

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El apogeo en Instituto para Mauricio llegó en 2004, cuando el Instituto del “Chulo” Rivoira venció con un inolvidable gol de oro del “Tano” Riggio a Almagro en el Estadio Córdoba y ascendió a Primera División.

Su nombre continuó ligado a los colores rojo y blanco en la máxima categoría en la siguiente temporada, donde Instituto logró salvarse del descenso en una promoción ante Huracán. En julio de 2005, y tras 137 encuentros en “La Gloria”, fue transferido a sus 27 años al Santos Laguna de México, en lo que sería su primera y única experiencia internacional.

En el conjunto mexicano Caranta estuvo un año. El equipo no tuvo una buena temporada y el cordobés se fue a Boca Juniors, donde edificó uno de los pasos más exitosos de su carrera.

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Mauricio tenía la difícil tarea de disimular la ausencia de Roberto Abbondanzieri, quien había abandonado el club de la Ribera después del Mundial 2006. El paraguayo Aldo Bobadilla era el reemplazante del “Pato”, pero ni él ni Pablo Migliore terminaron de convencer. Con la confianza de Miguel Ángel Russo, Caranta se adueñó del arco auriazul.

El cordobés debutó en Boca en un triunfo 4-0 sobre Banfield, el 10 de febrero de 2007, y fue titular durante casi todo el Torneo Clausura de ese año. El equipo de Russo fue subcampeón, detrás de San Lorenzo.

Ese mismo 2007, el 20 de junio, tocó el olimpo de su carrera profesional: en sendas finales, Boca venció a Gremio de Brasil con un marcador global de 5-0 y conquistó su sexta, y hasta ahora última, Copa Libertadores de América.

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El arquero cordobés lograría después consagrarse en la Recopa Sudamericana de 2007, ante Arsenal, donde fue titular en los dos partidos, y en el Torneo Apertura 2008, aunque no terminó este campeonato en el once inicial.

Sus últimos días en Boca no fueron nada fáciles y lo invadió la incertidumbre sobre su futuro. Sin entrenar junto a otros jugadores por varios meses y tras un conflicto con la institución, después de muchas idas y vueltas firmó en marzo de 2009 con Lanús.

Su etapa en “El Granate” le sirvió para volver a tomar confianza después de haber perdido la titularidad en Boca. Luego pasó a préstamo a Rosario Central, donde lo esperaban nuevos momentos de gloria.

Caranta llegó al “Canalla” en 2012 para la Primera B Nacional, con el objetivo de devolver al conjunto rosarino a Primera División. Y, también con Russo de entrenador, lo logró: Central fue campeón y volvió a la máxima categoría después de tres temporadas. Estuvo casi cuatro años en “La Academia” rosarina y fue un pilar del equipo.

En enero de 2016, Caranta rescindió contrato con Rosario Central y se dio uno de los pases más hablados de la época: identificado con Instituto tras lograr dos ascensos en el club, fue a jugar a Talleres, uno de sus clásicos rivales. Algunos hinchas albirrojos se enojaron con la situación y llegaron a escrachar un mural del arquero en Alta Córdoba.

Con su vasta trayectoria y chapa de arquero exitoso en ascensos, se puso el buzo albiazul por primera vez a nivel oficial el 29 de enero de ese año, en el triunfo del “Matador” 2-1 sobre Brown de Puerto Madryn, por la primera fecha de la B Nacional que posteriormente Talleres ganaría en forma invicta.

Sin embargo, y pese a un arranque demoledor del equipo de Frank Darío Kudelka, Mauricio sufrió una lesión en la undécima fecha del torneo, ante Almagro, y perdió la titularidad a manos de Guido Herrera, un joven arquero resistido al comienzo por los hinchas por su pasado en Belgrano e idolatrado con el correr del tiempo gracias a sus memorables actuaciones.

Caranta tuvo que ver el resto del torneo en el que la “T” dio la vuelta olímpica desde el banco de suplentes, al igual que en el retorno de la institución de barrio Jardín a la máxima categoría. Lejos de renegar de eso, fue un bastión para Herrera y ocupó, junto al “Cholo” Guiñazú y Javier Gandolfi, un importante rol: ser un líder en el equipo.

Con Herrera en un momento excepcional, Caranta tuvo pocas posibilidades de ganarse el puesto en los años siguientes. A partir de su anuncio de seguir al menos hasta diciembre de 2020 y la partida de Guido al fútbol turco, se le abrió, a los 42 años, otra chance para retirarse jugando. Antes de que comience el torneo, sin embargo, Talleres anunció la llegada de Marcos Díaz, un arquero de jerarquía, proveniente de Boca, que parecía arribar con el puesto asegurado.

A pesar de ello, el calendario de Caranta aún tenía días por tachar y páginas por escribir. Gambeteando dudas de algunos hinchas, su nombre apareció entre los once titulares de Alexander Medina para el debut ante Newell’s y nunca salió de ahí. Incluso, con el correr de los partidos, su figura se agigantó y mostró un gran rendimiento en los compromisos siguientes de un “Matador” que sorprende por su juego y estado físico. Y que, con la certeza de tener un arquero inoxidable que camufla como camaleón su edad en la cancha, se anima a soñar con más.

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