Fórmula 1 2021: el mejor campeonato de la historia

La Fórmula 1 nos entregó este año una temporada maravillosa, de lo mejor que produjo en la historia, con las grandes batallas Verstappen – Hamilton y Red Bull – Mercedes.

22 grandes premios para quedar en lo más alto, desde Baréin a Abu Dabi, para llegar a la última carrera empatando los puntos a la décima, pareció un cuento.

Y relanzar una bandera verde en la última vuelta, de ese último gran premio, con los dos autos y los dos pilotos a la par, fue directamente mágico. Si uno lo escribiera en el guión de una película, el productor estaría habilitado a pedirnos que no seamos tan exagerados.

Pero así pasó. Ayudó el cambio de reglamento que le redujo un diez por ciento a las superficies aerodinámicas inferiores, les restó rendimiento a los Mercedes y revalorizó la aerodinámica de la parte superior de los Red Bull.

Max Verstappen y Lewis Hamilton se repartieron los primeros grandes premios, pero el holandés tomó impulso en Mónaco – donde ganó por primera vez – y si no se le explotaba la goma cuando iba ganando en Azerbaiyán – donde Hamilton tocó el bendito botón del volante y chocó relanzando contra Checo Pérez – el holandés hubiera ganado 5 al hilo.

Verstappen llegó a tener 38 puntos de ventaja y la pole – tras ganar el primer sprint de la historia – en Silverstone, Gran Bretaña, donde Hamilton sabía que no podía perder.

Fue una cuenta que le cobró en una curva de casi 290 kilómetros por hora, la “copse corner”, donde le dejó el Mercedes puesto a Max que terminó estrellado y vociferando. El inglés recibió como castigo cinco segundos de recargo y tres posiciones de grilla para la siguiente carrera, pero se quedó con la victoria en Silverstone. Una bicoca, y la cosa quedó ardiendo.

Un choque que generó Bottas eliminó de la lucha por la carrera al holandés en el Gran Premio de Hungría, donde Hamilton escaló al segundo puesto y se puso a tiro en el campeonato. La pole “de local” en Bélgica solo le sirvió a Verstappen para ganar la mitad de los puntos, y en el regreso de Holanda al campeonato, le victoria y la fiesta le devolvieron el alma al cuerpo: parecía que inclinaba la balanza definitivamente.

Italia fue otro capítulo agresivo. Hamilton salía de boxes e intentó bloquear el sobrepaso de Verstappen en la chicana. El holandés fue con todo, se engancharon en la salida y terminaron los dos encajados en la leca. Allí fue el holandés el que se llevó tres puestos de grilla de penalidad para Rusia, donde el inglés volvió a vencer.

Para Turquía, Mercedes le cambió el cuarto motor a Hamilton, que largó onceavo y no pudo pasar del quinto puesto final, lo que le hizo perder otra vez la punta del campeonato.

Estados Unidos y México fueron para Verstappen, que parecía estar definiendo las cosas, pero Mercedes apareció en Brasil con un nuevo motor para Hamilton que dejaba parados a sus rivales en las rectas: Lewis largó último y ganó la carrera.

Verstappen minimizó los daños. Fue segundo en Brasil, Arabia y Qatar. Llegó empatado a la carrera final en Abu Dabi y prendía velas para poder defenderse allí del nuevo motor invencible del inglés. Hizo la pole, pero cuando Hamilton aceleró en la largada se escapó y no había con que darle.

Pero… ustedes lo vieron. El dios de las carreras tenía una sorpresa para el final, y los juntó luego del despiste de Latifi en el relanzamiento de la última vuelta. Hamilton tenía su gran motor, pero Verstappen salió con gomas blandas nuevas, y el final es el que todos conocemos.

El inglés, que estaba a punto de alcanzar su octavo título mundial y quinto de forma consecutiva vio como el Red Bull número 33 consagraba al mejor piloto de todos los que alguna vez lo hayan desafiado: el nuevo campeón, Max Verstappen.

Y colorín colorado… Ojalá los americanos de Liberty tengan más cuentitos de estos guardados.

Nos vemos el año que viene, en otro balance de la Fórmula 1.