Italia restringe el acceso a la ciudadanía por descendencia

Desde Sicilia, la gestora de trámites de ciudadanía italiana, Romina Cacciatore, explicó en Cadena 3 las recientes modificaciones que han sacudido a la comunidad de descendientes de italianos en Argentina.

El viernes pasado, Italia promulgó un decreto que restringe significativamente el acceso a la ciudadanía por Ius Sanguinis, un derecho que históricamente no tenía límite generacional. Ahora, solo hijos y nietos de ciudadanos italianos podrán solicitarla.

Para los bisnietos y generaciones posteriores, el panorama es desalentador. Según Cacciatore, estos descendientes quedan excluidos, salvo que residan en Italia con un contrato de trabajo durante diez años, un plazo que podría reducirse a cinco si prospera un referéndum programado para el 8 y 9 de junio. Además, se exigirá un nivel B1 de italiano y la ciudadanía pasará a ser por concesión, equiparándose a la de cualquier extranjero, lo que implica un proceso más largo y complejo.

El decreto, impulsado por el gobierno de derecha y extrema derecha italiano, ha generado controversia. Cacciatore lo califica de "inconstitucional", argumentando que discrimina a los italianos nacidos en el extranjero frente a los nacidos en Italia. 

La experta destaca que esta medida no solo afecta a los argentinos, sino que también podría limitar la transmisión de la ciudadanía a futuros descendientes de italianos que emigran.

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La comunidad italo-argentina, con más de 300.000 personas que obtuvieron la ciudadanía el año pasado, enfrenta un futuro incierto. Muchos expedientes en trámite podrían ser rechazados, y Cacciatore alerta sobre una posible "estafa institucional" si el Estado no devuelve las tasas cobradas. "Es un golpe duro para quienes buscan reconectar con sus raíces", lamenta.

Italia, mientras tanto, lucha con la despoblación de su territorio. Cacciatore ha trabajado en la reactivación de pequeños pueblos italianos, repoblados en parte por descendientes de italianos, incluidos argentinos y brasileños. Estas comunidades han revitalizado escuelas y economías locales, pero el nuevo decreto amenaza con frenar este proceso. 

En otro giro, Cacciatore revela una primicia: el abuelo del Papa León XIV, Salvatore Giovanni Gaetano Riccitano, nació en 1876 en Milazzo, Sicilia. Su casa, hoy en ruinas, podría convertirse en patrimonio histórico tras la confirmación de genealogistas y el síndico local. "Es una joya colonial que merece ser restaurada", señala.

La experta invita a la comunidad italiana en el exterior a votar en el referéndum para mitigar los efectos del decreto.

El futuro de la ciudadanía italiana para los argentinos pende de un hilo, entre restricciones legales y la esperanza de cambios.

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Entrevista de Adrián Cragnolini.