Marote, la empresa argentina que transforma borra de café y plástico en anteojos

En Saladillo, provincia de Buenos Aires, una idea simple y poderosa dio origen a un proyecto innovador que hoy inspira a todo el país: transformar residuos en oportunidades. Así nació Marote, la empresa argentina que fabrica anteojos sustentables utilizando plástico reciclado y un ingrediente inesperado: borra de café.

Su fundador, Luciano Bochicchio, diseñador industrial y docente universitario, contó que todo comenzó durante la pandemia. “Me pregunté si el diseño no podía tener más impacto, si no podía ayudar a resolver un problema real”, explicó. La respuesta fue crear una empresa basada en la economía circular, capaz de recuperar lo que otros descartan para convertirlo en un producto útil, durable y con sentido.

De la basura al diseño

El primer desafío fue trabajar con plásticos que se descartan a diario: tapitas, envases y distintos materiales que terminan en la basura sin ningún tratamiento. Pero la innovación no se quedó ahí. Un día, tomando un café en una estación de servicio, Luciano observó que la borra usada iba directo a una bolsa de residuos. Ese fue el disparador.

“Nos llevamos la borra al taller y la mezclamos con plástico a ver qué pasaba. Descubrimos que funcionaba y además le daba un aroma único al material. Hoy fabricamos anteojos con olor a café”, contó. También experimentan con yerba mate usada para dar color natural a sus productos.

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Impacto ambiental, económico y social

El proyecto no solo cuida el ambiente, sino que genera trabajo inclusivo. En la fábrica de Marote trabajan jóvenes con discapacidad, integrados a la cadena de producción. “Buscamos impacto real: ambiental pero también social”, sostuvo Bochicchio.

Otra de las premisas de la marca es fabricar productos durables, que rompan con la lógica de “usar y tirar”. “Trabajamos con espesores grandes, con materiales resistentes. Queremos que nuestros anteojos duren toda la vida”, explicó.

A pesar de trabajar con materiales reciclados —mucho más difíciles de procesar que los vírgenes— Marote logró precios competitivos en el mercado óptico. Sus productos cuentan con certificación ISO y el Sello de Buen Diseño Argentino, entregado por el Ministerio de Producción de la Nación.

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Innovación con identidad argentina

El nombre de la empresa no es casual. “Marote significa cabeza, pensar. Es lo que te decían los abuelos: usá el marote. Queremos invitar a reflexionar sobre lo que consumimos y descartamos”, contó Luciano. El proyecto se expande desde el interior del país con una mirada federal, comprometida con el desarrollo local y la educación ambiental.

Sobre la posibilidad de construir un futuro mejor, Bochicchio no duda: "Argentina es el mejor país para emprender. Solo hay que meterle y no aflojar. Si hay más proyectos como Marote, hay esperanza".

Entrevista de Fernando Genesir