La pyme que transformó una panadería en una fábrica de panificados congelados

En el corazón del Departamento Unión, en la localidad cordobesa de Canals, una empresa familiar se convirtió en motivo de orgullo para un pueblo de 9.000 habitantes. Se trata de Ultracongelados Canalsenses, una firma que nació como panadería tradicional y que hoy abastece panificados congelados a más de 12 provincias y exporta regularmente a Chile. “Hacemos un proceso muy similar al de una panadería artesanal, pero en vez de cocinar, congelamos”, explica su gerente general, Oscar Decoberti, en diálogo con La Argentina Posible para Cadena 3. La propuesta es simple y revolucionaria: permitir que bares, comercios y locales gastronómicos ofrezcan productos recién horneados sin necesitar una panadería completa.

La empresa cumple 20 años y celebra no solo su crecimiento sino también su capacidad de innovar desde un lugar donde la logística suele ser un desafío. Fundada por los padres de Oscar, Ultracongelados surgió de una necesidad concreta: superar la barrera de la frescura diaria que limitaba la expansión de la panadería familiar. “Era muy difícil crecer porque el panificado se hacía y tenía que consumirse en el día. Era un producto muy perecedero”, recuerda. El congelado permitió romper esa frontera y, con los años, la comunidad adoptó la idea de que la ultracongelación conserva la calidad sin conservantes.

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Hoy producen unas 35 variedades de panificados: medialunas, criollitos, chipá, panes y facturas, entre otros. La mitad de sus clientes son panaderías, lo que explica la exigencia del producto y el fuerte componente artesanal que mantienen. “Venir de una panadería tradicional nos da ese sabor característico que no se encuentra tanto a nivel industrial”, afirma Decoberti.

La empresa también se animó al desafío exportador. Desde 2022 envían dos cargas por trimestre a un cliente consolidado en Chile. Para Oscar, lo más complejo no fue el proceso aduanero sino dar con el cliente adecuado. El acompañamiento de la Agencia ProCórdoba resultó clave: “Fueron nuestros mentores en comercio internacional. Arrancamos aprendiendo al lado de ellos”.

Pero si hay un territorio donde se juega la verdadera pulseada diaria es en la logística. Ubicados “en el interior del interior”, como describe Oscar, montaron su propia red de distribución: cuatro camiones y dos camionetas abastecen el centro y sur de Córdoba. En el resto del país, trabajan con distribuidores estratégicos que almacenan y distribuyen sus productos.

El impacto en la economía local es notable. Ultracongelados emplea a 65 personas y demanda grandes volúmenes de materia prima, casi toda producida en la región. “Consumimos entre seis y siete camiones de harina por mes. Producimos en la zona donde tenemos leche, manteca, trigo… agregar valor acá es más que interesante”, señala.

Consultado sobre la clave de esta “Argentina posible” que representa la empresa, Oscar no duda: el esfuerzo. “Mis viejos arrancaron sin nada y con mucho trabajo lograron armar esto que hoy somos. Desde chicos nos inculcaron el laburo. Yo tengo recuerdos de vacaciones en la fábrica con total orgullo”, cuenta. Y cuando le preguntan si se siente más empresario o panadero, responde sin dudar: “Mitad y mitad. Uno en una pyme toma decisiones más por amor que por números”.

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Ultracongelados Canalsenses es, en definitiva, una historia de familia, trabajo y visión. Un ejemplo de cómo un producto tan cotidiano como una medialuna puede transformar la economía de un pueblo y llevar su nombre más allá de las fronteras. Una muestra concreta de que, aun en un país complejo, hay argentinos que siguen amasando futuro desde el interior profundo.

Entrevista de Adrián Simioni y Fernando Genesir