Producción nacional
19/11/2025 | 13:20
Redacción Cadena 3
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El Alto Valle, corazón frutal argentino que resiste ante la crisis
En el corazón del Alto Valle del Río Negro y Neuquén, la familia Cervi sostiene una de las empresas frutícolas más importantes del país. Mario Cervi e Hijos S.A. produce más de 1.200 hectáreas de peras y manzanas en una de las regiones más fértiles y tradicionales de la Patagonia. Desde allí, gran parte de su producción se exporta a mercados internacionales, continuando con una historia que comenzó hace más de siete décadas.
“Mi abuelo Mario empezó en los años 50, cuando la fruticultura en el valle crecía impulsada por el ferrocarril sur y la exportación a Inglaterra”, recordó Jorge Cervi, nieto del fundador y actual referente de la empresa, en diálogo con La Argentina Posible. Con el paso del tiempo, el Alto Valle se transformó en un verdadero oasis productivo gracias a sus sistemas de riego —instalados desde 1910— y al esfuerzo de generaciones de productores.
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Pese al tamaño y la trayectoria de algunas firmas, Cervi destacó que el sector frutícola argentino sigue siendo muy atomizado: “Ninguna empresa representa más del 10% de la producción nacional. Las dos más grandes llegan al 7% cada una, y nosotros estamos en torno al 4%. Es una estructura muy diversa, parecida a la de Italia, con cooperativas y pequeños productores que abastecen al sistema”.
A lo largo de los años, las empresas del valle se integraron verticalmente: del productor primario al empaque, el frigorífico y, en algunos casos, la comercialización directa. Incluso la industria del jugo surgió en gran medida como una asociación entre productores que buscaban aprovechar los excedentes de fruta y agregar valor.
Uno de los temas que más preocupa al sector es la reducción de las superficies frutales, sobre todo desde mediados de los 2000. “Primero cayó fuerte la producción de manzanas y ahora se estabilizó la de peras”, explicó. Y agregó una reflexión que resume el dilema actual: “Siempre se dice que hay que buscar nuevos mercados, pero cuando vas a otro país te encontrás con productores locales que también cultivan manzanas o peras. La fruticultura es cada vez más regional: no solo nacional, sino sudamericana”.
Esa realidad obliga a repensar estrategias, mejorar la competitividad y apostar por la calidad y la innovación. Cervi conoce bien esa dinámica: la empresa llegó a abrir el mercado argelino hace algunos años, aunque luego se cerró por restricciones comerciales. “Hay una gran demanda, pero también una fuerte competencia. Lo que nos diferencia tiene que ser la calidad y la continuidad”, señaló.
Más allá de los desafíos, Cervi se muestra optimista: “La fruta va a subsistir. Más allá de las modas o los cambios de consumo, la gente necesita alimentarse bien, y la fruta es el producto más noble que tenemos para mantener la salud”.
Desde el Alto Valle, la historia de Mario Cervi e Hijos S.A. refleja la de miles de familias que, con trabajo y constancia, mantienen viva una tradición que forma parte de la identidad productiva de la Patagonia. Un esfuerzo que simboliza, como dice La Argentina Posible, esa energía silenciosa que empuja al país hacia adelante.
Entrevista de Adrián Simioni y Fernando Genesir
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