Medio siglo en el poder
01/09/2025 | 21:45
Redacción Cadena 3
Audios
Las claves para entender al peronismo cordobés y su pelea con el kirchnerismo
¿En qué año se publicó tu libro "Los muchachos cordobeses"?
El libro se publicó en 2023.
Tu texto parece haber influido en el ambiente político de Buenos Aires al contrastar el peronismo de Córdoba con el kirchnerismo, que ha dominado el peronismo nacional durante más de dos décadas. ¿Cómo ha sido la convivencia entre ambos? ¿Están condenados a seguir líneas paralelas sin converger? ¿Cómo se proyecta esta relación en el tiempo?
El libro surge de debates que inicié en 2013 a través de Revista Panamá, una publicación de ideas que fundamos y que cumplió diez años en 2023. A partir del conflicto con el campo en 2008, comencé a analizar el peronismo de Córdoba, que se diferenciaba del relato predominante sobre la provincia. Mis intervenciones buscaban explicar por qué Córdoba no era lo que se decía. En 2022, José Natanson, de la editorial, me propuso transformar esas ideas en un libro para abordar el peronismo de Córdoba como un fenómeno singular, una especie de “hecho maldito” del peronismo contemporáneo, que va a contracorriente, sin claridad sobre si busca independizarse o disputar el poder nacional. El libro revaloriza esta experiencia con sus matices, en un contexto de crisis del kirchnerismo, que atraviesa un colapso estructural. En este escenario, el peronismo de Córdoba emerge como una alternativa para pensar un peronismo diferente, con una perspectiva más plural y adaptada a las dinámicas actuales, aunque su efectividad política pueda debatirse.
Mencionaste el conflicto del campo en 2008, cuando la Federación Agraria y otros gremios protestaron, y figuras como Luis Juez y Mario Negri se sumaron, mientras José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti apoyaron al sector agropecuario. ¿Fue ese el momento definitivo de la ruptura del peronismo de Córdoba con el kirchnerismo?
El 2008 es un momento clave para la conformación de la identidad del peronismo de Córdoba, no solo como un quiebre con el kirchnerismo, sino como una marca identitaria que lo posiciona en el debate político nacional. Ese conflicto permitió al peronismo cordobés construir una nueva economía política, alineada con sectores productivos dinámicos, como una ruralidad moderna que integra ciencia, productores y ecología. Esta postura, insinuada por De la Sota y Schiaretti, se consolidó entonces. Sin embargo, el quiebre definitivo con el kirchnerismo se profundizó en 2013 con el paro policial, un conflicto urbano que marcó una ruptura más amplia, no solo sectorial, sino con el interior del país.
Hablando del paro policial de 2013, que derivó en saqueos y una crisis profunda en Córdoba, el gobierno de Cristina Kirchner decidió no enviar fuerzas para restablecer el orden. ¿Crees que ese fue el punto final de la ruptura con el kirchnerismo?
El conflicto del campo en 2008 fue sectorial y aún dejaba margen para encauzar la relación con el kirchnerismo, como se intentó con figuras como el ministro Julián Domínguez. Pero el paro policial de 2013, al ser un conflicto urbano que afectó a toda la provincia y tuvo impacto nacional, marcó un punto de no retorno. La percepción de abandono por parte del gobierno nacional, especialmente en un lugar como Nueva Córdoba, donde viven estudiantes de todo el país, generó una onda expansiva que consolidó la ruptura no solo con el kirchnerismo, sino con la relación del peronismo cordobés con el poder nacional.
¿Cuáles son los elementos que más diferencian al peronismo de Córdoba del kirchnerismo en el imaginario político argentino?
El peronismo de Córdoba tiene dos rasgos distintivos. Primero, resuelve el problema de la sucesión, un desafío histórico del peronismo. A diferencia del liderazgo unipersonal de Perón, que no confiaba en sucesores, o de las dinámicas clánicas de otros peronismos, Córdoba desarrolló un liderazgo plural en los años 80 y 90, con figuras como De la Sota y Schiaretti, que permitió una sucesión interélite equilibrada y no familiar. Esto se ve en la transición entre ambos y en el salto generacional hacia Martín Llaryora. Segundo, el peronismo cordobés construye una relación orgánica con la economía política del siglo XXI, alejándose del enfoque nostálgico del kirchnerismo, que sigue anclado en lógicas del siglo XX. Córdoba se conecta con sectores dinámicos, como la industria del software y el sector bioagroindustrial, lo que le da una flexibilidad que el kirchnerismo no tiene.
El peronismo de Córdoba ha mantenido una relación amigable con los sectores productivos, a diferencia del kirchnerismo, que ha tenido conflictos con el agro y otras industrias. ¿Es esta una diferencia clave en su enfoque del poder?
Sí, absolutamente. El kirchnerismo ve al Estado como el epicentro del desarrollo económico, con una visión centralizada y a menudo confrontativa con el sector privado. En cambio, el peronismo de Córdoba, al operar en una sociedad más compleja y diversa, construye una teoría del Estado que prioriza la cooperación con el entramado social y económico. En lugar de reconvertir a la sociedad para que se ajuste al poder político, como hace el kirchnerismo, el peronismo cordobés dinamiza y jerarquiza la estructura social existente, adaptándose al ethos plural y productivo de la provincia.
Tu libro recoge la experiencia de De la Sota y Schiaretti, pero ahora hay un recambio generacional con Martín Llaryora. ¿Continúa Llaryora su legado, o tiene un perfil ideológico propio, quizás con mayor intervención estatal en la economía?
Aunque el proceso de Llaryora es reciente y necesita madurar, veo en él características que reflejan la formación política del peronismo cordobés. A diferencia de De la Sota, que priorizaba la política sobre la gestión, Llaryora se asemeja más a Schiaretti en su gusto por la gestión, involucrándose en los detalles del Estado. Sin embargo, también hereda de De la Sota una vocación de poder político más marcada, con una proyección nacional que Schiaretti no buscaba tan activamente. Llaryora combina estas influencias, pero su liderazgo tiene rasgos nuevos que aún deben consolidarse, claramente moldeados por el legado de sus predecesores.
El peronismo de Córdoba ha gobernado ininterrumpidamente, pero se ha mantenido como una fuerza provincial, con dificultades para proyectarse nacionalmente. ¿Por qué crees que ocurrió esto, y puede cambiar en el futuro inmediato?
El peronismo de Córdoba, desde su llegada al poder en 1999, intentó proyectarse nacionalmente, como en las reuniones del CFI en 2001, donde se propuso la candidatura De la Sota-Reutemann. Sin embargo, el poder bonaerense, que dominó desde 2003 con el kirchnerismo, bloqueó estas aspiraciones, considerando a De la Sota poco manejable. El ascenso del kirchnerismo, potenciado por el boom de commodities, consolidó su hegemonía, obligando al peronismo cordobés a adoptar una estrategia defensiva para sobrevivir. Esto cambió en 2023 con la crisis del poder nacional y la llegada de Milei. Ahora, el peronismo de Córdoba enfrenta el desafío de construir una nueva estrategia de relacionamiento nacional, que Schiaretti y Llaryora están insinuando con un enfoque más federal, aunque aún debe definirse.
Con Milei en el poder, que representa el antikirchnerismo y una ruptura con la clase política tradicional, ¿cómo enfrenta el peronismo de Córdoba este desafío?
Milei plantea dos desafíos al peronismo de Córdoba. Primero, su antikirchnerismo económico lo diferencia del peronismo cordobés, que comparte cierta oposición al kirchnerismo, pero debe competir con un actor que no es kirchnerista. Segundo, Milei canaliza un enojo social contra la “casta” política, lo que afecta a todas las élites, incluida la cordobesa, a pesar de sus resultados en la provincia. Esto exige una gestión política fina para navegar un contexto donde la sociedad cuestiona el pacto de representación democrática de 1983.
Para cerrar, ¿qué libro recomendarías a los oyentes?
Recomiendo dos libros: primero, "Facundo", de Sarmiento, porque plantea el desafío de construir un país, un reto similar al que enfrenta la Argentina actual para recomponer sus fragmentos; segundo, "La rebelión del público", de Martín Gurri, que describe cómo la revolución digital y del conocimiento desafía a la política tradicional, ofreciendo pistas para articular una nueva política en un contexto de crisis de la democracia occidental y el auge de populismos digitales.
Entrevista de Sergio Suppo.
¿En qué año se publicó el libro "Los muchachos cordobeses"? El libro se publicó en 2023.
¿Qué evento marcó la ruptura del peronismo de Córdoba con el kirchnerismo? El conflicto del campo en 2008 fue clave, seguido por el paro policial de 2013.
¿Cuáles son las diferencias entre el peronismo de Córdoba y el kirchnerismo? El peronismo de Córdoba tiene un liderazgo plural y se conecta con sectores dinámicos, a diferencia del enfoque nostálgico del kirchnerismo.
¿Cómo enfrenta el peronismo de Córdoba el desafío de Milei? El peronismo de Córdoba debe competir con un antikirchnerismo que canaliza el descontento social hacia todas las élites políticas.
¿Qué libros recomienda el entrevistado? Recomienda "Facundo" de Sarmiento y "La rebelión del público" de Martín Gurri.
Te puede Interesar
La Argentina, Hoy
El expresidente de la Corte Suprema, habló con Cadena 3 sobre la crítica situación del sistema judicial y político del país. "La dirigencia en general habla un lenguaje del pasado", señaló.
Agro
El vicepresidente de la asociación argentina de productores de esa raza bovina dijo a Cadena 3: “La industria no es sólo metalúrgica. También lo es un frigorífico o la producción de lácteos”. Criticó las retenciones.
Elecciones legislativas
La intendente de Despeñaderos propone un modelo productivo que prioriza trabajo, educación y salud. Su objetivo es representar las necesidades de Córdoba en el Congreso y fomentar el desarrollo regional.
Legislativas 2025
La diputada nacional formalizó su candidatura por 'Defendamos Córdoba', un nuevo espacio político que busca "defender derechos y dignidad" en las elecciones del 26 de octubre.