La Fragata Libertad completó en noviembre su 53° viaje por el mundo.

Buque escuela argentino

Fragata Libertad: el comandante revela los secretos de la embajadora en el mar

02/12/2025 | 20:57

El comandante del velero, capitán de navío Roberto Ariel Gestoso, contó a Cadena 3 los detalles del tradicional recorrido de instrucción de seis meses, que hacen todos los años para completar la formación de los futuros oficiales.

Redacción Cadena 3

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La Fragata Libertad, buque escuela de la Armada argentina que viaja por el mundo

Ustedes acaban de finalizar el 53º viaje de instrucción de la Fragata Libertad, un recorrido de casi seis meses y 177 días que incluyó una importante serie de países. Más allá de que la mayoría de los argentinos conocemos la Fragata, desconocemos cómo es un viaje de instrucción. Habiendo arribado a Buenos Aires a fines de noviembre, ¿podría contarnos cómo se organiza y prepara un viaje de semejante magnitud para un buque con tantos tripulantes, muchos de ellos futuros oficiales?

Todos los años se realiza un viaje de instrucción, ya que forma parte de la última etapa de preparación de los futuros oficiales. Después de casi cuatro años y medio de estudios en la Escuela Naval, ellos hacen una etapa final a bordo de este buque, con un viaje que a veces dura seis meses, a veces un poco más o un poco menos. La idea es que sea una práctica profesional que les permita aplicar de manera práctica toda la teoría vista en las aulas, además de conocer el sistema del buque. Muy temprano todos los años, una división de la Armada Argentina se encarga de programar escalas logísticas o, a veces, de recibir invitaciones, buscando lugares que sean náuticamente ricos para obtener experiencia para aquellos que luego tripularán los otros buques de flota de la Armada. Todo ello permite armar un viaje que es diferente cada año. Algún puerto puede repetirse, pero el recorrido siempre es diferente en distancia y tiempo. A fin de cuentas, siempre buscamos la posibilidad de conocer diferentes lugares en cuanto a lo meteorológico y todo ello permite completar una buena formación para el futuro tripulante de la Armada Argentina.

En este viaje recorrieron 22.993 millas náuticas, lo que equivale a casi 42.000 kilómetros en 177 días. Una pregunta fundamental respecto a la logística: ¿El aprovisionamiento de ropa, víveres, equipamiento médico y otros insumos se lleva para toda la travesía desde Argentina o la Fragata se va reabasteciendo en los distintos puertos que toca?

La ropa, por ejemplo, es algo que en general llevamos para todo el viaje desde la zarpada (que, para nuestro caso, fue el 7 de junio). Sin embargo, el buque no puede llevar todos los insumos, por lo que algunos se coordinan para hacer un reabastecimiento en determinados puertos, que podrá ser de víveres, de agua o de combustible. No habría espacio físico para tener la capacidad de alimentos para casi 300 tripulantes durante tanto tiempo. Entonces, se hace una planificación, se sale con los almacenes y las cámaras frigoríficas con la mayor cantidad de víveres posibles, y se planifica un menú para todo el periplo en base a eso. Referente a lo médico, el buque tiene un departamento de medicina. Llevamos médicos a bordo, de hecho, un odontólogo y un bioquímico, para completar una buena plantilla que nos permita hacer las atenciones correspondientes si fuera necesario. Esta gente también lleva en depósitos insumos necesarios para las atenciones, basándose en datos estadísticos para determinar qué cosas son convenientes.

Durante este viaje, visitaron varios puertos en América y Europa. ¿Cómo son recibidos en cada escala? ¿La gente se acerca, se permite subir a bordo y qué tipo de preparativos de relacionamiento llevan a cabo? Además, teniendo en cuenta que la Fragata es una embajadora del país, ¿muestran música y cultura argentina?

En principio, a partir de una resolución que indica qué días y qué lugares están previstos recorrer o visitar, nos ponemos en contacto con el lugar e informamos nuestras previsiones de arribo y zarpada. A partir de ahí, armamos un esquema de actividades que, por supuesto, incluye la posibilidad de visita del público. Siempre nos han tratado maravillosamente bien. Las embajadas o los consulados de los lugares que hemos visitado hacen todo un preparativo y difunden la presencia del buque, lo que motiva a la gente a acercarse. El público es muy variado: muchos compatriotas que viven en otros lugares del mundo, muchos locales que se acercan por curiosidad, gente que le gusta la actividad náutica y otros que ya la han visto en otras oportunidades. La principal actividad que tratamos de hacer en cada puerto es que nuestros tripulantes tengan la posibilidad de conocer la cultura y lugares que son de sumo interés. Complementariamente, el buque estrecha lazos con Armadas amigas y difunde la cultura argentina. Llevamos una banda de música reducida de la Armada Argentina, y durante la visita del público en general sí se difunde música argentina, folclore y alguna otra actividad cultural propia, por supuesto que ayuda y es parte de lo que tenemos que hacer.

Técnicamente, ¿cómo definiríamos a la Fragata Libertad, considerando que es un gran velero que también cuenta con motor?

Es un velero de cuatro palos: un palo de bauprés, un trinquete, un mayor y un mesana. El buque tiene 27 velas, de las cuales 15 son velas cuadras y el resto son cuchillas. Sí, esencialmente somos un velero, y tratamos de navegar exclusivamente a vela en todas las oportunidades que podemos. A veces, las condiciones meteorológicas o de seguridad no lo permiten, entonces navegamos a motor. Pero la idea es, por supuesto, hacer que el buque navegue a vela, porque además eso es lo que permite el trabajo en equipo, la coordinación de maniobras y sacarle el jugo a un buque que es esencialmente un velero grande, de 103 metros de eslora y 14 de manga. La idea siempre es tratar de aprovechar las bondades que nos brinda.

En ese contexto de navegación a vela, ¿ahí entra en juego el trabajo de los guardiamarinas que suben a los palos como gavieros?

Sí, es el personal menos antiguo, incluyendo los guardiamarinas, los que realizan la actividad sobre los palos y sobre la cubierta también. Esto requiere mucho esfuerzo, destreza, mantenimiento, y permite aprender a trabajar en equipo, a liderar y sobre coordinación. Todo esto es lo que permite completar de buena forma la etapa de instrucción de un futuro marino. Se ha determinado esto hace muchísimos años y es una actividad fantástica para todos aquellos que nos gusta navegar.

Este año también corrieron una regata en el Mar Báltico con otros grandes veleros escuela. ¿En qué consistió su participación?

Participamos de una parte de esa regata, entre el puerto de Kristiansand, en Noruega (que fue la primera vez que el buque visitó ese puerto), y el puerto de Esbjerg, en Dinamarca. Es una actividad muy interesante porque hay otros buques de estas características que hacen exactamente lo mismo. Siempre alimentamos o tratamos de participar en este tipo de actividades que ponen en juego el entusiasmo, la rapidez en la maniobra del buque y un poco también la sana competencia.

¿Quedó conforme con el resultado de la regata?

Algo que se disfruta mucho en la regata es cómo todo el personal, sea del área de cubierta o de otras áreas, pone su empeño para tratar de ayudar a que el buque navegue más rápido y mejor. Como nosotros participamos solamente de una "pierna" de varias que conforman la regata, no podría evaluarse si nos fue bien o mal en términos de resultado. Pero, en términos de lo que el buque tiene que hacer como actividad primaria, creo que fue totalmente positivo. Nos fue muy bien porque logramos cohesionar el grupo y, sobre todo, hacer que el buque trabaje de manera coordinada, que eso es tanto o más importante que el resultado final. Si el buque no trabaja de forma coordinada es muy difícil hacer una navegación a vela con este tamaño de aparejos y de maniobras.

¿Es habitual encontrarse e interactuar con otros buques escuela durante estos viajes, generando un intercambio o aprendizaje compartido entre armadas de distintos países?

Sí. Tratamos a veces de buscar y contactarnos. Este año no ocurrió que nos encontráramos con algunos de ellos en el mar, pero otras veces sí ocurre, y por supuesto que es una actividad que tratamos de llevar adelante, que es al menos hacer algún pasaje formal entre buques que realizan el mismo tipo de actividad. De hecho, existen intercambios entre oficiales y a veces entre los mismos guardiamarinas. Durante nuestra travesía hemos llevado oficiales de otras armadas, algunos que compartieron con nosotros todo el viaje y otros solamente una parte. Seguramente algún oficial argentino también hará lo mismo en otro buque a partir del año que viene. Esto es común, se hace todos los años, enriquece la formación, fortalece el intercambio con estas armadas y culturas, y nos hace muy bien.

¿La Fragata Libertad es considerada un buen barco en relación con otros buques escuela en el mundo? ¿Sienten la envidia de otros marinos?

Como comandante, para mí es el mejor buque del mundo, así que no voy a poder ser muy objetivo ahí. La verdad es que sí, es un buque muy conocido, como todos los buques de estas características que se llaman tall ships (buques escuela). Son muy conocidos en el mundo por la cantidad de viajes que han realizado y porque son buques que tienen muchos años. La Armada española conoce este buque, por ejemplo, y nosotros conocemos el buque de ellos. Lo mismo ocurre con los buques de Italia, o con los buques sudamericanos, como el de Chile, Perú, Ecuador, Colombia o Brasil. Sí, somos buques conocidos.

¿Los buques como la Fragata Libertad tienen un espíritu que el marino profesional percibe, estableciendo una relación que va más allá de ser una herramienta de trabajo?

Toda la Armada quiere muchísimo a este buque y lo cuidamos muchísimo. Para uno es un orgullo, un privilegio estar a bordo y un honor. Lo sentimos así y por eso lo cuidamos tanto y lo queremos tanto. Sabemos lo que significa. Esto nos permite que la Armada continúe sus tradiciones y la formación de oficiales. Todo arranca aquí. Alguno de ellos, en algún momento, va a estar en mi lugar, así como me tocó esta posibilidad y este gran privilegio a mí.

No a todos los oficiales les toca el privilegio de ser el comandante de la Fragata Libertad. ¿Esta etapa es una parte importante de su carrera?

Sí, me siento honrado y es realmente un privilegio para mí poder estar aquí con un grupo de profesionales. Lo que tratamos de hacer es que a quienes les vamos pasando la guardia y la experiencia que tenemos, sean mejores que nosotros y que esto siga. Nosotros, por ser más grandes y tener más experiencia acumulada, compartimos ese conocimiento con aquellos que recién empiezan. Esto asegura que con el correr de los años este buque y la Armada puedan seguir navegando, tripulando sus buques con seguridad y con el mayor profesionalismo.

Para finalizar, cumpliendo una tradición de nuestro programa, me gustaría pedirle que nos recomiende un libro que le haya gustado leer, imaginando que en las horas de navegación tuvo tiempo para la lectura.

Es sano leer. Lo que les comento es un libro que leí hace poquito y que me gustó mucho: "El médico", de Noah Gordon. Es una historia muy interesante y de superación. Es un lindo libro que me parece que ayuda mucho a pensar.

Entrevista de Sergio Suppo.

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