La revolución de la IA enfrenta un problema de energía crítica

En la carrera por la dominancia en inteligencia artificial, las grandes tecnológicas estadounidenses cuentan con el capital y los chips necesarios, pero sus ambiciones se han topado con un nuevo obstáculo: la energía eléctrica. Satya Nadella, CEO de Microsoft, reconoció en un reciente podcast que "el mayor problema que enfrentamos no es la falta de capacidad de cómputo, sino la energía y la capacidad de realizar las construcciones lo suficientemente rápido cerca de la fuente de energía".

Las empresas como Google, Microsoft, AWS (Amazon) y Meta (Facebook) están invirtiendo sumas sin precedentes, estimadas en aproximadamente 400 mil millones de dólares en 2025, para construir la infraestructura necesaria para la revolución de la inteligencia artificial. Este gasto ha permitido aliviar uno de los cuellos de botella iniciales: la adquisición de millones de chips necesarios para la carrera por el poder de cómputo.

Sin embargo, la construcción de grandes centros de datos, que también consumen enormes cantidades de agua para su refrigeración, toma un promedio de dos años en los Estados Unidos. Por otro lado, la instalación de nuevas líneas de alta tensión puede tardar entre cinco y diez años en estar operativas.

Los llamados "hiperscalers", como se les conoce a estas grandes empresas tecnológicas, ya habían anticipado la llegada de lo que se denomina la "muralla de energía". Un año atrás, el principal proveedor de servicios públicos de Virginia, Dominion Energy, tenía un libro de pedidos de centros de datos que requería 40 gigavatios de energía, equivalente a la producción de 40 reactores nucleares. Recientemente, esta capacidad ha aumentado a 47 gigavatios.

Se estima que los centros de datos en los Estados Unidos podrían representar entre el 7% y el 12% del consumo nacional para 2030, un aumento significativo desde el 4% actual. Sin embargo, algunos expertos advierten que estas proyecciones podrían ser exageradas. Jonathan Koomey, un reconocido experto de la UC Berkeley, advirtió que "tanto las empresas de servicios públicos como las tecnológicas tienen un incentivo para abrazar el rápido crecimiento pronosticado para el uso de electricidad".

Si el crecimiento proyectado se materializa, podría haber una escasez de 45 gigavatios para 2028, equivalente al consumo de 33 millones de hogares estadounidenses, según Morgan Stanley. Varias empresas de servicios públicos en EE.UU. ya han retrasado el cierre de plantas de carbón, a pesar de que esta fuente de energía es la más contaminante en términos climáticos.

En el estado de Georgia, donde los centros de datos están proliferando, una empresa de servicios públicos ha solicitado autorización para instalar 10 gigavatios de generadores a gas. Algunos proveedores, así como la startup de Elon Musk, xAI, han apresurado la compra de turbinas usadas del extranjero para construir capacidad rápidamente.

Las grandes tecnológicas están invirtiendo en soluciones a largo plazo, como la energía nuclear a través de reactores modulares pequeños (SMRs), una tecnología aún experimental que sería más fácil de construir que los reactores convencionales. Amazon y Google están promoviendo proyectos de energía solar y almacenamiento de baterías, especialmente en California y Texas.

Finalmente, tanto Elon Musk como Google han propuesto colocar chips en órbita, alimentados por energía solar, con pruebas programadas para 2027.