- “Hay un atraso importante, si comparamos con lo que fue la Argentina de hace 70 u 80 años o con países latinoamericanos”.
- “Yo no hablo de decadencia porque supondría que tuvimos algún momento luminoso y eso no es cierto. Tenemos un colapso, en el sentido de estancamiento”.
- “La primera urgencia es la inclusión y la segunda es la calidad, qué contenidos estamos transmitiendo y cómo lo estamos haciendo. Ahí también la brecha es muy importante”.
- “Es completamente injusto que en un chico formoseño, por ejemplo, se invierta cinco veces menos que en uno de la Capital Federal. Eso repercute en la calidad del aprendizaje”.
- “Centralmente, a cada chico hay que hacerle entender que ir a la escuela les va a solucionar algunos de sus problemas futuros. Hoy la escuela es una máquina burocrática que no los tiene en cuenta”.
- “Necesitamos un cambio en el sistema fiscal federal de la Argentina. Repito: no puede ser que un chico por el solo hecho de ser formoseño reciba menos dinero que otro chico por el solo hecho de ser porteño”.
- “El nivel de egreso en la escuela secundaria privada es razonable, 78 por cada 100 ingresantes. En las escuelas públicas es dramático, de cada 100 ingresantes abandonan 60. Eso es dramático”.
- “Hay que lograr que la clase media vuelva a la escuela pública para tener una escuela integrada, no sólo de pobres. Como era antes en la Argentina”.
- “Hay experiencias positivas en Buenos Aires, Tierra del Fuego y Córdoba. La fórmula es más autonomía de las escuelas, más responsabilidad por los resultados, más poder a los docentes”.
- “La conflictividad gremial permanente entorpece el cambio. Tiene raíces genuinas, los sindicalistas y principalmente los funcionarios no han sabido resolverla”.
- “Es justamente en los años malos que se debe fortalecer el gasto educativo, de manera eficiente. Tiene que llegar a cada maestro y a cada alumno, no perderse en burocracias e ineficiencias”.
- “El ausentismo docente no es la única causa del mal funcionamiento en las escuelas pero es una causa muy importante. Hay que cambiar las leyes que lo permiten”.
- “Soy escéptico pero no pesimista. Es esperanzador que muchos sectores de la vida pública se hayan dado cuenta que hay que cambiar nuestra educación y lo reclamen”.
- “Hoy no tenemos políticos ni técnicos capaces de conducir la educación. Tenemos que ponernos a trabajar en formar esos cuadros”.
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