Primera edición de El vaso lleno: cuatro historias poderosas que nos interpelan

La primera edición del ciclo “El vaso lleno” fue organizada por Cadena 3 Argentina, Fundación Jean Maggi y la Universidad Católica de Córdoba.

Se realizó en el auditorio Diego de Torres, de la UCC.

Los cuatro entrevistados de la primera edición demostraron que han llevado sus límites más allá de lo posible. Sus discapacidades no los han bloqueado ni los han definido. Optimistas y tenaces, fueron capaces de minimizar las adversidades y superarlas para terminar convirtiéndose en líderes emocionales que muestran sus trayectorias como valiosos ejemplos de vida.

Miguel Cavatorta fue el conductor del evento y Carlos Marcó estuvo a cargo de las entrevistas.

La cordobesa Silvina Alessio Torres es licenciada en sicopedagogía y profesora de la UCC. Nació casi sin vida y quedó con parálisis cerebral como consecuencia de una mala praxis. Es autora del libro “45 minutos, una historia de superación”.

En la charla, valoró especialmente a todas las personas que la han acompañado en su camino. Y contó que jamás les ha hecho caso a quienes le han dicho que “no se puede”.

Silvina convirtió su experiencia en una poderosa herramienta de transformación a través de la educación. “Quiero que mis alumnos sean profesionales empáticos y humanos”, afirmó.

Silvina declaró que no tuvo “otra opción que ser fuerte”. Y agradeció a sus padres por ayudarla a crecer. “Me caí, me rompí, miles de veces, pero me paré. Siempre me propuse objetivos que fui logrando gracias a quienes me rodearon”.

El bonaerense Nicolás Rivero es nadador paralímpico, integrante de la Selección Argentina y del club River Plate. Logró el cuarto puesto en los Juegos Paralímpicos de París 2024 en 100 metros pecho y el sexto lugar en Tokio 2020. Consiguió la medalla de bronce en el Mundial de Manchester 2023 y la presea de oro en los Parapanamericanos de Santiago 2023.

Por cuestiones terapéuticas comenzó a nadar a los 8 años.

Durante la entrevista, contó que en el agua descubrió “la libertad” y que en aquel primer chapuzón, apenas salió de la pileta, ya empezó a soñar con ser nadador olímpico.

Nicolás describió su enorme orgullo de haber sido abanderado de la delegación argentina en el reciente Mundial de Singapur. Y destacó que un atleta de alto rendimiento debe ser perseverante, disciplinado y metódico. “Es enorme el esfuerzo que hay que realizar para concretar el sueño olímpico”, afirmó.

Nicolás se levanta a las 5 de la madrugada para entrenar en el Cenard y por las tardes pasa largas horas en el gimnasio para fortalecer su cuerpo.

Al cordobés Javier Gómez, un virus le quitó la motricidad de las piernas cuando tenía apenas 13 años. Esa discapacidad en plena adolescencia lo sumió en las tinieblas. En un contexto familiar muy difícil, Javier quedó preso de las adicciones hasta que circunstancialmente se cruzó en las redes con un video de Jean Maggi trepando en bicicleta hasta la cumbre del Himalaya.

Siguiendo ese impulso, fue beneficiario de una tricicleta de la Fundación Jean Maggi y se lanzó a competir en carreras de larga distancia. Entrenó todos los días, fortaleció su cuerpo y mente, y logró cruzar la meta de la histórica Maratón de Miami.

Hoy, Javier gerencia SuperAdaptados La Fábrica que produce tricicletas para niños y jóvenes carecientes de todo el país.

En la entrevista, Javier contó que “fue un camino de reconvertirse”. “Me costó adaptarme a lo que me tocaba. No entendía. Veía a mis amigos jugar a la pelota y yo, de golpe, me vi imposibilitado”, recordó. Incluso, relató que días antes de la parálisis soñó varias veces que había perdido la motricidad de sus piernas, una verdadera y dramática premonición.

La chubutense Liliana Méndez perdió sus piernas en un brutal accidente automovilístico. Ese incidente alteró absolutamente su vida. Se divorció y quedó sola para cuidar a sus tres hijas. Hoy compite con su canoa en tetratlones con el equipo “Los cuatro mosqueteros” y en carreras de larga distancia con su bicicleta adaptada. Su lema es “el mundo pertenece a quien se atreve”.

Durante el diálogo con Carlos Marcó, Liliana reconoció que se han gestado cambios sociales en términos de inclusión en la última década. Y relató las enormes dificultades que debió resolver de pronto, sin piernas y con sus hijas pequeñas. Liliana admitió que en aquel momento fue “abandonada” por quien era su esposo y también por los amigos circunstanciales. “Fue un tiempo muy difícil, de mucha soledad”, describió.

Con esos cuatro testimonios, “El vaso lleno” mostró ejemplos de resiliencia que evidencian que la determinación humana es más poderosa que cualquier obstáculo. Historias que inspiran, historias que nos interpelan.

Durante el evento, el violinista Gabriel Figueroa mostró sus enormes cualidades como músico y la Fundación Jean Maggi entregó una bici adaptada a Simón Palaus Scassa.