El 60% de los adolescentes está expuesto a apuestas online, según la Cruz Roja

La Cruz Roja Argentina presentó un estudio federal que alerta sobre la expansión de las apuestas online entre adolescentes y su impacto en la salud mental. La investigación fue realizada por la Coordinación Nacional de Juventud y el Observatorio Humanitario, con apoyo del Fondo de la Emperatriz Shôken, y recogió información en 231 escuelas de 16 provincias.

El relevamiento incluyó a 11.421 estudiantes de nivel secundario y determinó que 6 de cada 10 tienen contacto directo o indirecto con apuestas digitales, ya sea participando (16%) o conociendo a alguien que apuesta (45%). La encuesta se llevó a cabo en Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, San Juan, San Luis, Formosa, Entre Ríos, Corrientes, Salta, Santiago del Estero, Jujuy, La Rioja, Chubut y Tierra del Fuego.

El director del Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina, José Scioli, señaló que “el uso de billeteras digitales y publicidad permanente son las principales puertas de ingreso a las apuestas online, sin distinguir plataformas legales de ilegales”, y destacó que el 75% de los adolescentes consultados “pide controles más estrictos”.

El informe identificó que el principal canal de acceso es el grupo de pares: el 57% de los jóvenes que apuesta lo hace por influencia de amigos. Entre quienes no participan del juego, el 78% lo conoció a través de conocidos o círculos sociales. El entorno familiar también aparece involucrado: el 40% convive con adultos que realizan apuestas.

Entre los adolescentes que sí participan, el 79% reconoció el riesgo de desarrollar adicción y el 12% quedó endeudado como consecuencia del juego. Los efectos reportados incluyen ansiedad y malestar emocional (69%), alteraciones del sueño (47%) y caída en el rendimiento escolar (49%). La edad promedio de inicio es de entre 13 y 14 años, con mayor frecuencia entre los 17 y 18.

La encuesta reveló también una brecha de género: el 24% de los varones reconoció haber apostado, frente al 8% de las mujeres. Asimismo, entre el 71% y el 79% de los consultados, aun sin apostar, estuvo expuesto a publicidad digital vinculada al juego.

En cuanto a los métodos de pago, el 83% utilizó billeteras electrónicas y el 43% recurrió a intermediarios para concretar apuestas. Entre el 51% y el 66% de los jóvenes dijo no saber diferenciar plataformas legales e ilegales. El 80% sostuvo que los mecanismos actuales para impedir el acceso de menores “no funcionan”.

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El relevamiento mostró que solo el 27% de los adolescentes no tiene contacto con el juego digital, lo que evidencia la expansión de la práctica, pese a la prohibición legal para menores. Las tasas de exposición fueron mayores en el área metropolitana de Buenos Aires.

Según el estudio, las motivaciones varían según la edad: entre los más jóvenes prevalecen la curiosidad y la socialización; entre los mayores, la expectativa de obtener ganancias. Los efectos negativos se expresan de forma diferenciada: las adolescentes reportaron más malestar emocional, mientras que los varones registraron mayor vulnerabilidad económica.

El trabajo de campo se desarrolló entre el 18 de agosto y el 3 de octubre, en pleno ciclo lectivo, y detectó que las apuestas se han incorporado a rutinas, conversaciones y códigos grupales. El estudio sugiere fortalecer controles, mejorar la regulación publicitaria, desarrollar campañas educativas y promover herramientas de prevención con participación de adolescentes.

Entre las recomendaciones se destaca el bloqueo coordinado de sitios ilegales, el fortalecimiento de los sistemas de verificación en billeteras digitales y la regulación del contenido promocional dirigido a jóvenes. También se propone incorporar formación en alfabetización digital y educación financiera en escuelas, y promover espacios de diálogo en ámbitos familiares y comunitarios.

El informe concluye que el fenómeno atraviesa distintos contextos socioeconómicos y territoriales, y plantea la necesidad de estrategias integrales que involucren a escuelas, familias, sector privado y organismos públicos, con foco en la protección de derechos y el cuidado de la salud mental de los adolescentes.