Investigación en los lagos tectónicos de Beni
02/12/2025 | 08:05
Redacción Cadena 3
En septiembre de 2021, un equipo de especialistas exploró una de las áreas menos documentadas de la Amazonía boliviana: los Grandes Lagos Tectónicos de Exaltación, en el departamento de Beni. La expedición, organizada por el Grupo de Trabajo para los Llanos de Moxos (GTLM), reunió a expertos de la Wildlife Conservation Society, el Museo Nacional de Historia Natural, el Instituto de Ecología, el Centro de Investigación en Biodiversidad y Medio Ambiente, el Centro de Investigación en Recursos Acuáticos y el Departamento de Antropología de las Américas de la Universidad de Bonn.
En el suroeste de la Amazonía, los lagos tectónicos Rogaguado y Ginebra revelaron un paisaje moldeado por generaciones de innovación humana. Bajo las praderas abiertas y las aguas poco profundas se encuentran los restos de extensas obras de tierra, campos agrícolas elevados y canales interconectados que reflejan una larga historia de adaptación al entorno dinámico.
Estos lagos se sitúan dentro del Área Municipal Protegida de Grandes Lagos Tectónicos de Exaltación y forman parte del complejo de humedales Río Yata, reconocido por la UNESCO por su valor ecológico y cultural. Ubicado en los Llanos de Moxos, una vasta red de sabanas, bosques de galería y llanuras de inundación que constituyen el sistema de humedales más grande de la cuenca amazónica, esta área ha despertado curiosidad durante siglos. Relatos etnohistóricos incluso la vinculan con la legendaria 'Tierra de Paititi'. Solo recientemente su profundo pasado humano ha comenzado a hacerse más visible.
Documentando una Larga Historia de Asentamiento
Mediante una combinación de encuestas, excavaciones e imágenes de LiDAR, el equipo de investigación documentó varios sitios arqueológicos: Paquío, Coquinal, Isla del Tesoro y Jasschaja. Cada sitio representa una etapa diferente en la larga secuencia de ocupación de esta región.
Las fechas de radiocarbono revelaron ocupaciones repetidas desde aproximadamente 600 hasta 1400 d.C. Los hallazgos en Paquío muestran un asentamiento temprano que comenzó alrededor del 600 d.C., seguido de una ocupación más intensa entre 1000 y 1200 d.C. Esta fase posterior incluyó montículos de conchas, desechos cerámicos densos y un sistema sofisticado de canales y campos elevados conectados a la agricultura basada en el maíz. Jasschaja, que data de 1300 a 1400 d.C., refleja alteraciones más amplias del paisaje y una mayor diversidad botánica, sugiriendo una gestión intensificada de los cultivos y los bosques durante su ocupación.
Innovaciones en la Gestión del Agua y la Agricultura
El terreno de los Llanos de Moxos está lleno de formas geométricas que se revelan al inspeccionarlas más de cerca. Zanjas circulares y rectangulares, canales de drenaje, plataformas de cultivo elevadas y grupos de montículos crean una red compleja diseñada para el control del agua y la agricultura. Estas estructuras fueron construidas para regular las inundaciones estacionales, guiar el flujo de agua y crear áreas estables para vivir y cultivar en un humedal que cambia drásticamente a lo largo del año.
Sus diversas formas, que van desde recintos geométricos hasta largos campos elevados, indican que no existió un diseño estandarizado único. En cambio, representan siglos de experimentación a medida que las comunidades respondieron a las condiciones ecológicas y sociales cambiantes. Juntas, estas características destacan la diversidad cultural y la resiliencia a largo plazo de las personas que las desarrollaron.
Las excavaciones en Paquío y Jasschaja también revelaron detalles sobre una dieta prehispánica variada que dependía de los recursos de los humedales. Peces como el pez lobo, el pez pavón y el pez pulmonado sudamericano eran especialmente comunes, acompañados de reptiles como caimanes y tortugas, y mamíferos como capibaras, pacas y armadillos. Los restos vegetales muestran el uso de maíz, legumbres y múltiples especies de palmas: palma moriche, palma corozo, palma cumare, palma totai, palmita y palma durazno. Juntos, estos restos apuntan a una estrategia de subsistencia equilibrada que combinaba pesca, caza, recolección y agricultura.
Conocimiento Biocultural y Liderazgo Indígena
Las comunidades Cayubaba y Movima continúan viviendo en estos paisajes, donde la rica biodiversidad está profundamente conectada con el patrimonio cultural. Su presencia prolongada y conocimiento ambiental ayudan a mantener una forma única de herencia biocultural en la que la diversidad ecológica y cultural se ha desarrollado de la mano a lo largo de muchas generaciones.
Durante las temporadas de campo posteriores a la Covid-19, la colaboración con las comunidades locales se basó en la comunicación abierta y el respeto mutuo. Representantes del Consejo Indígena Cayubaba, que incluye 21 comunidades Cayubaba y Movima, asistieron a los investigadores en la identificación de áreas para el estudio, proporcionando acceso a lugares culturalmente importantes y especificando sitios que no debían ser perturbados. Aunque las interacciones fueron limitadas por razones de salud, esta asociación garantizó que la investigación reflejara las prioridades de la comunidad y contribuyera a una comprensión más completa del patrimonio vivo de la región.
A través del GTLM, líderes indígenas y científicos trabajan juntos para vincular la investigación arqueológica y ecológica con iniciativas de conservación. Estos esfuerzos enfatizan que los Llanos de Moxos no solo son un centro de biodiversidad, sino también un paisaje moldeado por largas historias humanas, y apoyan la gestión continua del sitio Ramsar del Río Yata y las áreas protegidas conectadas a él.
Lecciones del Pasado para una Amazonía Cambiante
A medida que la deforestación, la expansión de la agricultura y el cambio climático ejercen una presión creciente sobre la Amazonía, los paisajes alrededor de los lagos Rogaguado y Ginebra destacan la importancia de las tradiciones de uso sostenible de la tierra. La evidencia arqueológica muestra que las comunidades pasadas desarrollaron formas flexibles de vida que combinaban agricultura, pesca y gestión forestal. En lugar de buscar controlar o sobreexplotar el medio ambiente, se adaptaron a sus ciclos estacionales y utilizaron las inundaciones periódicas como una oportunidad.
Aunque la agricultura en campos elevados eventualmente terminó, probablemente debido a la disminución de la población y la agitación social tras la colonización europea, esto no disminuye la efectividad de estos sistemas. Durante siglos, las comunidades mantuvieron paisajes productivos trabajando con los ritmos naturales de la región. Sus prácticas desafían las suposiciones modernas sobre lo que cuenta como "desarrollo" y nos recuerdan que la resiliencia a menudo surge de la diversidad: de especies, de conocimientos y de tradiciones culturales.
Proteger este patrimonio biocultural es ahora una responsabilidad global. Los humedales de los Llanos de Moxos continúan almacenando carbono, moderando los sistemas hídricos y apoyando una amplia gama de especies. Los esfuerzos de conservación también deben respetar a las personas que han cuidado de estos paisajes durante generaciones. De esta manera, la arqueología se convierte en más que un estudio del pasado; se convierte en un medio para reconectar el conocimiento antiguo con los debates urgentes de hoy sobre sostenibilidad y justicia ambiental.
Los Llanos de Moxos demuestran que la Amazonía siempre ha sido un lugar donde las personas y la naturaleza se han moldeado mutuamente. Sus monumentales obras de tierra, islas forestales y tradiciones culturales vivas sugieren que parte de nuestro futuro compartido puede depender de escuchar más de cerca a estos paisajes que recuerdan.
¿Qué se descubrió en Bolivia?
Un paisaje transformado por ingenieros indígenas, con prácticas agrícolas adaptadas a humedales dinámicos.
¿Quién organizó la expedición?
El Grupo de Trabajo para los Llanos de Moxos (GTLM) con expertos de diversas instituciones.
¿Cuándo tuvo lugar la expedición?
En septiembre de 2021, en los Grandes Lagos Tectónicos de Exaltación.
¿Dónde se ubican estos lagos?
En el departamento de Beni, Bolivia, parte del sistema de humedales más grande de la cuenca amazónica.
¿Por qué es importante este descubrimiento?
Revela lecciones de sostenibilidad y adaptación de comunidades indígenas a su entorno.
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