Investigación de la Universidad de Oxford
23/11/2025 | 08:05
Redacción Cadena 3
Una investigación reciente liderada por la Universidad de Oxford reveló que el beso podría haberse originado en un ancestro compartido de humanos y otros grandes simios hace aproximadamente 21 millones de años. Este estudio, publicado el 19 de noviembre en la revista Evolution and Human Behavior, también sugiere que los neandertales practicaban el beso.
El beso se observa en muchas especies animales, pero plantea un enigma evolutivo: el acto puede propagar enfermedades y no parece aumentar directamente la supervivencia o la reproducción. Aunque el beso tiene un fuerte significado emocional y cultural para muchos grupos humanos, su trasfondo evolutivo rara vez ha sido examinado en detalle.
Reconstruyendo el beso en el árbol genealógico de los primates
En este estudio, los investigadores realizaron el primer intento inter-especies de rastrear los orígenes del beso utilizando las relaciones evolutivas entre primates. Los resultados sugieren que el beso tiene raíces profundas en los grandes simios, emergiendo en su ancestro entre 21.5 y 16.9 millones de años atrás. Este comportamiento parece haber persistido a través de la evolución y todavía se observa en la mayoría de las especies dentro de este grupo.
El equipo también concluyó que los neandertales, nuestros parientes humanos extintos, probablemente también se besaban. Esta conclusión se apoya en investigaciones anteriores que mostraron que los humanos y los neandertales intercambiaron microbios orales (a través de la transferencia de saliva) e intercruzaron, lo que implica que el beso formaba parte de sus interacciones.
La doctora Matilda Brindle, autora principal y bióloga evolutiva del Departamento de Biología de Oxford, afirmó: "Esta es la primera vez que alguien ha tomado una perspectiva evolutiva amplia para examinar el beso. Nuestros hallazgos se suman a un creciente cuerpo de trabajo que destaca la notable diversidad de comportamientos sexuales exhibidos por nuestros primos primates."
Definiendo e identificando el beso en los animales
Para realizar su análisis, el equipo primero necesitó definir qué cuenta como un beso, ya que muchas acciones de boca a boca se asemejan al comportamiento sin ser lo mismo. Debido a que estaban comparando especies a través de un amplio rango evolutivo, la definición debía funcionar de manera universal. Definieron el beso como un contacto boca a boca no agresivo que no involucra la transferencia de alimentos.
Después de establecer esta definición, los investigadores revisaron la literatura científica para identificar primates modernos conocidos por participar en el beso. Se centraron en monos y simios que evolucionaron en África, Europa y Asia, incluidos chimpancés, bonobos y orangutanes.
Modelando la evolución del beso
La siguiente etapa involucró un análisis filogenético en el que el beso se codificó como un rasgo y se colocó en el árbol genealógico de los primates. Utilizando un método estadístico (llamado modelado bayesiano), el equipo simuló millones de posibles escenarios evolutivos para estimar cuán probable era que varios ancestros también se besaran. El modelo se ejecutó 10 millones de veces para proporcionar una fuerte confianza estadística en los resultados.
El profesor Stuart West, coautor y profesor de Biología Evolutiva en Oxford, comentó: "Al integrar la biología evolutiva con datos de comportamiento, podemos hacer inferencias informadas sobre rasgos que no se fossilizan, como el beso. Esto nos permite estudiar el comportamiento social tanto en especies modernas como extintas."
Variación cultural y futuras investigaciones
Los investigadores señalaron que los datos disponibles aún son limitados, especialmente más allá de los grandes simios, pero el proyecto ofrece una base para futuros estudios. También proporciona a los primatólogos una forma estandarizada de informar sobre los comportamientos de beso en animales no humanos.
"Si bien el beso puede parecer un comportamiento ordinario o universal, solo está documentado en el 46% de las culturas humanas", dijo Catherine Talbot, coautora y profesora asistente en el Colegio de Psicología del Instituto de Tecnología de Florida. "Las normas sociales y el contexto varían ampliamente entre sociedades, lo que plantea la pregunta de si el beso es un comportamiento evolucionado o una invención cultural. Este es el primer paso para abordar esa cuestión."
¿Qué se descubrió en el estudio?
Se descubrió que el beso tiene orígenes que se remontan a un ancestro compartido de humanos y grandes simios hace 21 millones de años.
¿Quién realizó la investigación?
La investigación fue realizada por la Universidad de Oxford.
¿Cuándo se publicó el estudio?
El estudio fue publicado el 19 de noviembre de 2025.
¿Dónde se originó el beso según el estudio?
El beso se originó en un ancestro compartido de primates, incluyendo a los neandertales.
¿Por qué es importante este estudio?
El estudio ofrece una nueva perspectiva sobre el comportamiento del beso y su evolución en diferentes culturas.
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