En barrio Jorge Newbery les roban hasta la diversión

Simuló ser un cliente. Estacionó la moto en calle Newbery casi esquina Benjamín Matienzo e ingresó en el negocio de servicios de computación.

A esa hora, poco antes de las 18 del lunes, un grupo de niños jugaba a la pelota en la plaza principal de barrio Jorge Newbery, al norte de la ciudad de Córdoba, justo en diagonal al local comercial.

El falso cliente no demoró en mostrar sus reales intenciones. Hizo el ademan de llevar un arma en la cintura, encaró a Gabriela, la propietaria, y le exigió que le entregara todo el dinero que había en el lugar, además de su teléfono celular.

Pero lejos de amilanarase, la mujer reaccionó. Cuando el ladron ya se iba, ella salió a la vereda y saltó sobre él. Se trabó en lucha con el delincuente, mientras gritaba por auxilio. Los alaridos pusieron en alerta a otros comerciantes, ya atentos a la dura realidad que se vive en el sector por la inseguridad.

Cuando estos comenzaron a correr para ayudarla, el delincuente se sintió rodeado. Logró soltarse de Gabriela, que lo mordía en el piso, y levantó la pistola: disparó cuatro veces. De esta manera, a los tiros logró cubrir su huida.

Por fortuna, los disparos no hirieron a nadie. A la moto no logró arrancarla y la dejó abandonada en la vereda. 

No obstante, no llegó muy lejos. El sospechoso fue detenido por la Policía minutos después en un descampado de la misma zona.

Cuando se tranquilizó, Gabriela comenzó a sentir dolores punzantes. Había sufrido una fractura en su tobillo derecho.

Hasta aquí, otra vez una crónica sobre la inseguridad en la ciudad de Córdoba.

Pero detrás de este caso, se escribió otra historia. La de los niños que quedan en medio de la línea de fuego de los asaltos cotidianos. 

Horas después, en un grupo de Facebook del barrio, una madre posteó la foto de una pelota de fútbol y un par de guantes de arquero. 

Y escribió: "Busco al dueño de estas cositas. Las guardamos esta tarde en la plaza de Newbery, calle principal. Fue en el horario del robo que toda la gente tuvo que salir corriendo para cubrir a los niños. Estaban jugando con mi hijo los nenes y mi hijo quiere devolverlas... si la mamá ve la publicación que me hable. Había mucha gente en la plaza, no los recuerdo bien pero mi hijo sí".

Niños que en medio de los tiros y los gritos de desesperación salieron corriendo de la plaza y dejaron allí, olvidado, el objeto más preciado: una pelota para jugar.