Exploración espacial
03/11/2025 | 16:07
Redacción Cadena 3
Durante más de un siglo, la propulsión de cohetes se basó en un principio simple: quemar combustible, expulsarlo hacia atrás y, gracias a la tercera ley de Newton, avanzar hacia adelante. Desde que Konstantin Tsiolkovsky formuló la ecuación del cohete en 1903, las naves espaciales han llevado su propio propulsante, lo que limita las capacidades de las misiones debido a las relaciones de masa. Cuanto más combustible se transporta, más pesada se vuelve la nave, lo que requiere aún más combustible para levantar ese combustible, creando un ciclo vicioso que hace que los viajes interestelares parezcan inalcanzables. Pero, ¿y si las naves espaciales no necesitaran llevar propulsante en absoluto?
Esta posibilidad intrigante fue explorada en una revisión exhaustiva publicada en el servidor de preprints arXiv, que examina métodos de propulsión sin propulsante para la exploración espacial. Estos sistemas aprovechan fuerzas naturales y fuentes de energía externas en lugar de la combustión química, lo que podría permitir misiones que serían completamente imposibles con cohetes convencionales.
La técnica más simple de propulsión sin propulsante ha estado volando naves espaciales durante décadas: el asistente gravitacional. Al cronometrar cuidadosamente un acercamiento cercano a un planeta, los ingenieros pueden robar una fracción del momento orbital de ese mundo, lanzando la nave a velocidades más altas sin quemar combustible. Las sondas Voyager utilizaron esta maniobra para visitar los cuatro planetas exteriores. Aunque esta técnica funciona de maravilla, requiere que los planetas estén en posiciones exactas, lo que hace que las oportunidades de misión sean raras y las trayectorias inflexibles.
Las velas solares ofrecen una propulsión más continua y conveniente al aprovechar la presión de radiación de la luz solar. Estas enormes membranas reflejan fotones para generar empuje, acelerando lentamente pero de manera persistente sin combustible. La sonda IKAROS de Japón demostró esta tecnología en 2010, viajando exitosamente a Venus solo con luz solar. Sin embargo, las velas solares requieren materiales vastos y delgados que deben sobrevivir en condiciones espaciales adversas durante años, y su rendimiento disminuye drásticamente a medida que se alejan del sol.
Las velas magnéticas adoptan un enfoque diferente, utilizando bucles superconductores para generar campos magnéticos poderosos que desvían el viento solar, la corriente de partículas cargadas que fluye constantemente desde el sol. Al empujar contra este plasma, las velas magnéticas crean empuje sin consumir propulsante. Potencialmente ofrecen mejor aceleración que las velas solares y no se degradan con el tiempo como las membranas reflectantes. ¿El inconveniente? Crear el campo magnético necesario requiere enormes bobinas superconductoras, que podrían tener un radio de 50 kilómetros, mantenidas a temperaturas criogénicas. La tecnología para construir y desplegar tales estructuras simplemente no existe aún.
Las velas eléctricas representan una variante más nueva, utilizando sogas cargadas en lugar de campos magnéticos para repeler protones del viento solar. Estos sistemas prometen naves espaciales más ligeras que las velas magnéticas, aunque también dependen de desplegar cables extremadamente largos y ligeros y requieren una cantidad significativa de energía eléctrica para mantener la carga necesaria.
Cada método sin propulsante ofrece ventajas únicas mientras enfrenta obstáculos de ingeniería distintos. Los asistentes gravitacionales funcionan ahora pero requieren alineaciones planetarias precisas. Las velas solares proporcionan empuje constante pero necesitan estructuras masivas y delicadas. Las velas magnéticas y eléctricas evitan la degradación del material pero requieren tecnologías que aún están en desarrollo. La revisión deja claro que ningún enfoque único resuelve todos los desafíos, pero juntos, estos métodos podrían transformar fundamentalmente cómo exploramos el sistema solar y más allá. Para misiones verdaderamente ambiciosas hacia el espacio interestelar, dejar el propulsante atrás puede no solo ser ventajoso, sino absolutamente esencial.
¿Qué se explora en el artículo?
Se examinan métodos de propulsión sin propulsante para la exploración espacial, que utilizan fuerzas naturales y fuentes de energía externas.
¿Quién es el autor?
El artículo fue escrito por Mark Thompson y publicado en Universe Today.
¿Cuándo se publicó el artículo?
La publicación se realizó el 3 de noviembre de 2025.
¿Dónde se puede encontrar más información?
Más detalles están disponibles en el servidor de preprints arXiv.
¿Por qué es importante este tema?
Los métodos de propulsión sin propulsante podrían revolucionar la exploración espacial, permitiendo misiones más largas y flexibles.
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