Visita a la Casa de la Independencia, emoción a flor de piel

El Salón de la Jura, único lugar original de la casa, despierta un sinfín de emociones en los visitantes. “Algunos se largan a llorar, otros aplauden o cantan el himno, hay quienes se quedan sentados como meditando”, detalló Cecilia Guerra Orozco, directora del Museo Nacional.

Es que esta es la habitación donde los diputados debatieron durante cuatro meses para finalmente declarar la independencia el 9 de julio de 1816.

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“Tiene una mística muy particular. Nadie que llega a este lugar, se va igual”, reafirmó Cecilia y agregó: “Es muy emocionante pensar que estamos pisando el mismo lugar que pisó Belgrano”.

La "Casa Histórica de Tucumán", tal como es conocida, fue construida alrededor de 1780. Se trataba de una vivienda de familia, donde residía Francisca Bazán. 

En 1812, en plena Guerra de la Independencia, se alquiló para las tropas y para guardar pertrechos de la contienda. Tres años más tarde, el Gobierno provincial la alquiló y, por eso, aprovechó para usarla en marzo, cuando se inaugura el congreso. 

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Con el pasar de los años, la casa sufrió diferentes cambios y reformas. No fue hasta el año 1943 que la reconstruyeron para que sea una réplica de la vivienda donde se firmó el acuerdo por la independencia. 

"En algún momento, se llevaron las puertas a Luján, pero en 2012 las trajeron de nuevo", comentó Cecilia, respecto de las aberturas originales que conserva el Museo. 

El espacio abrirá sus puertas al público el 5 de febrero, desde las 17.30 a las 21.30 horas. Durante dos meses funcionará únicamente viernes, sábado y domingo. Debe realizarse una reserva previa.

Tanto el ingreso al Museo como al espectáculo de luces y sonidos son gratuitos.

Informe de Rosalía Cazorla.