Acuerdo con Estados Unidos: cómo impacta en los diferentes sectores económicos

El presidente de la Federación Industria Frigorífica, Daniel Urcia, evaluó como “muy positivo” el nuevo acuerdo comercial entre Argentina y Estados Unidos para la exportación de carne bovina. Sostuvo que la iniciativa podría multiplicar “por cuatro o por cinco” los envíos actuales, pero remarcó que el sector espera la publicación de los anexos y especificaciones para conocer su alcance definitivo.

Según explicó a Cadena 3, el cupo proyectado sería de 80.000 toneladas anuales, un volumen que, indicó, “representa menos del 1% de la producción total de Estados Unidos”, pero que para la industria argentina significaría un salto significativo respecto de la cuota vigente desde los años '90. “Si hacemos una correlación directa, sería muy beneficioso”, afirmó.

Urcia destacó que el acuerdo contempla la habilitación de plantas por parte de SENASA, un punto que —según evaluó— agilizaría inversiones en comparación con mercados como el chino, donde algunas plantas esperan autorización “desde hace seis años”. Además, señaló que la apertura incluye distintos tipos de carne sin hueso, tanto cortes como productos destinados a la elaboración industrial, lo que abriría un abanico más amplio para novillos, vaquillonas y novillitos.

El dirigente consideró que el entendimiento podría consolidar el crecimiento del stock ganadero y estimular nuevas inversiones en todo el país. “Para crecer en un millón de terneros se necesitan alrededor de mil millones de dólares. Si no preparamos los mercados y no hay seguridad jurídica, estabilidad económica y beneficios arancelarios, esas inversiones no llegan”, advirtió.

Para Córdoba, Urcia sostuvo que el impacto podría ser inmediato. Mencionó que la provincia cuenta con dos plantas en condiciones de comenzar a operar bajo la nueva cuota y reúne condiciones productivas favorables, en especial para la hacienda engordada a corral.

/Inicio Código Embebido/

En sintonía con la expectativa generada en el sector, evaluó que la medida podría ser “bisagra” para la cadena cárnica nacional. “Es una buena noticia para la producción ganadera y para la industria. Solo resta ver los anexos y ojalá podamos tener la seguridad de que este acuerdo será duradero”, concluyó.

Por su parte, el presidente de la Bolsa de Comercio de Córdoba, Manuel Tagle, valoró como un "paso extraordinario" el acuerdo comercial anunciado entre Argentina y Estados Unidos y afirmó que representa un avance decisivo en la integración del país a los mercados internacionales. En declaraciones a Cadena 3, sostuvo que el respaldo político y financiero recibido desde Washington constituye un hecho “inédito” para la economía local.

Tagle, quien se definió como “muy liberal”, destacó que el gobierno de Javier Milei impulsa una orientación económica alineada con los países de mayor apertura comercial. “Argentina comienza a integrarse al mundo de manera seria y decisiva. Es un paso que el país tiene que dar sí o sí, y Milei lo va a hacer”, afirmó.

El dirigente señaló que aún quedan aspectos técnicos por definirse, en particular en el sector automotor y en la compatibilización del acuerdo con las normas del Mercosur. Indicó que la apertura podría generar cambios graduales, con cupos iniciales para vehículos importados y un período de adaptación para la industria local. “Hay que ver la letra fina. Son procesos incipientes, pero el camino es positivo”, aseguró.

Al analizar el impacto regional, Tagle mencionó que países como Uruguay han avanzado en acuerdos bilaterales aun dentro del marco del Mercosur, mientras que Brasil mantiene una posición más cautelosa. No obstante, consideró que el rumbo elegido por la Casa Rosada permitirá destrabar negociaciones y ampliar la competencia.

/Inicio Código Embebido/

Tagle argumentó que la apertura no busca afectar el empleo, sino impulsar mayor eficiencia en sectores que —según planteó— durante años operaron con altos niveles de protección. Señaló que algunas industrias deberán adaptarse, invertir y competir en un mercado ampliado que podría incluir a Estados Unidos y a la Unión Europea. “Argentina ya no tendría solo 45 millones de consumidores, sino cientos de millones si se concretan los acuerdos”, explicó.

Sobre los cambios que enfrentará el empresariado, sostuvo que la reducción de márgenes y la necesidad de bajar precios será parte del nuevo escenario competitivo. “Ahora hay que competir. No podemos elegir políticas que nos beneficien a nosotros y perjudiquen a millones de argentinos”, afirmó.

Para Tagle, el proceso de apertura económica, acompañado por reformas laborales y estímulos a la inversión, podría derivar en “un segundo milagro económico” si se consolida la previsibilidad. “La sociedad lo convalidó con las urnas. Es una oportunidad única en décadas”, concluyó.

A su turno, el presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Carlos Sinesi, evaluó que el preacuerdo comercial anunciado entre Argentina y Estados Unidos podría convertirse en una oportunidad para el sector, aunque remarcó que aún resta conocer la letra fina y resolver cuestiones sanitarias clave. En diálogo con Cadena 3, señaló que el comunicado difundido por la Casa Blanca describe principalmente las concesiones que Argentina otorgaría y todavía no define los mecanismos de reciprocidad.

Sinesi explicó que el entendimiento prevé un período de un año para abordar las medidas sanitarias y no arancelarias que regulan el comercio de carne aviar. “No es que se pueda ingresar de manera irrestricta a Estados Unidos. Hay que trabajar durante este año para permitir el acceso y establecer los parámetros técnicos”, indicó. Recordó que, a diferencia de otros mercados donde Argentina ya exporta, Estados Unidos mantiene cerradas sus importaciones de pollo argentino por tratarse de un competidor directo. “Por eso no vas a ver una pechuga argentina en una góndola estadounidense”, señaló.

/Inicio Código Embebido/

El dirigente advirtió que la clave del acuerdo será garantizar condiciones simétricas. “Necesitamos que en la letra chica figure lo referido a la reciprocidad. Todo lo que ellos puedan ingresar, nosotros debemos poder ingresarlo también. Tiene que ser una competencia leal, sin asimetrías”, afirmó.

Aun así, destacó que la apertura podría beneficiar al sector, especialmente si se habilita el envío de cortes de pollo con alta demanda en el mercado norteamericano. Sinesi recordó que la producción avícola nacional alcanza los 2,5 millones de toneladas anuales y que su expansión depende de aumentar las exportaciones, dado que el consumo interno —sumando todas las proteínas animales— ya se encuentra en niveles récord, con 125 kilos por habitante al año.

“Estados Unidos puede darnos la posibilidad de exportar supremas de pollo, que ellos consumen en gran volumen. Pero necesitamos condiciones claras y equivalentes”, subrayó.

El sector aguarda que los equipos técnicos de ambos países avancen en las negociaciones específicas para cada producto. “Sabemos que funcionarios están trabajando. Habrá que ver cómo se diseñan los acuerdos puntuales cuando llegue el momento de definir la letra chica”, concluyó.

Por último, el presidente de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), Luis Macario, evaluó como "positiva" la orientación del acuerdo comercial anunciado entre Argentina y Estados Unidos, aunque aclaró que aún se trata de “un marco político” sin detalles técnicos. En diálogo con Cadena 3, remarcó que la industria local debe “tener la obligación de verlo como una oportunidad”, pese a los posibles “claroscuros” que pueda enfrentar cada sector.

/Inicio Código Embebido/

Macario señaló que la integración al mundo “favorece el desarrollo de los países” y afirmó que la UIC no promueve un cierre de fronteras, sino un camino de mayor apertura. No obstante, destacó que la falta de “letra chica” impide conocer el impacto definitivo: “Hay cuestiones que veo muy favorables, como la integración y la necesidad de avanzar en normas de propiedad intelectual, incluso en áreas donde hoy Argentina está atrasada, como el caso de semillas”.

Al explicar los efectos sectoriales, indicó que actividades como la maquinaria agrícola podrían manifestar preocupación ante un posible ingreso de productos libres de aranceles, aunque consideró que incluso en esos casos pueden surgir oportunidades: “Un fabricante local podría asociarse con uno estadounidense. Todo depende de cómo se dé el proceso”.

El titular de la UIC también mencionó que la apertura aumentará la competencia en sectores como la industria automotriz, los medicamentos y la agricultura. En ese sentido, sostuvo que será necesario “hacer un diagnóstico sector por sector”, evaluar períodos de transición y definir políticas de reconversión y productividad para sostener el empleo y la competitividad.

Macario insistió en que la apertura debe ser “no boba”, recordando etapas en las que Argentina llegó a importar productos como agua mineral desde Francia. “Todos los países defienden su industria y el trabajo en origen. No hablamos de proteccionismo, pero sí de defensa inteligente del entramado productivo”, subrayó.

Pese a las incógnitas, el dirigente aseguró que el anuncio representa una “buena noticia” para el país: “Quienes viajan ven que el mundo sigue globalizado. En cualquier supermercado aparecen productos de distintos países. Argentina no puede quedar al margen de esa dinámica”.

/Inicio Código Embebido/

Yanina Lojo, especialista en comercio exterior, destacó a Cadena 3 que los sectores que podrían beneficiarse de inmediato incluyen la carne, el acero y el aluminio, así como los medicamentos no patentados y minerales como el litio y el cobre. “Estados Unidos es el principal importador de bienes y de servicios del mundo, así que abrirse a un mercado como ese tan grande y con tanto potencial nos permite abrir un montón de ventanas de oportunidad si sabemos aprovecharlas”, expresó Lojo.

Sin embargo, hay un reconocimiento de que la industria local enfrenta desafíos significativos. “La industria local nunca termina de acomodarse”, señaló un empresario, quien puso de relieve la dificultad de competir con precios más bajos en países vecinos. “Tenés que cruzarte a Chile y te compras un par de botines que acá los pagás 150 dólares, en Chile los compras en 40”, agregó.

La necesidad de reducir costos y mejorar la competitividad es un tema recurrente. “Si nosotros nos vamos a abrir al mundo, que es algo inevitable, lo que tenemos que ver es cómo hacemos para que las industrias argentinas sean competitivas”, subrayó Lojo. En este sentido, se menciona la presión impositiva como un factor limitante. “Argentina tiene una de las mayores cargas impositivas del mundo”, apuntó un empresario, quien también destacó la importancia de reformas laborales y tributarias para facilitar la competitividad.

La colaboración entre el sector privado y el Estado es fundamental para aprovechar esta apertura. “El desafío más grande es que coincidan gobernantes, tanto nacionales, provinciales y municipales, con los empresarios en tener un criterio de bajar la presión impositiva”, concluyó uno de los entrevistados. La expectativa está puesta en que estas reformas permitan a las empresas producir más y, por ende, contratar más personal.

Entrevista de Rodolfo Barili y Adrián Simioni.  Informe de Alejandro Bustos