Martes 13 en un domingo 11: el cisne negro del PJ

Por estas horas, en el peronismo cordobés se hacen tres preguntas:

1. ¿Qué pasó el pasado domingo 11 en Marcos Juárez, donde su apuesta fracasó, y por mucho?

¿Es que acaso nadie vio ese cisne negro, como se les dice a esos sucesos inesperados que, como tales, nadie puede anticipar?

2. ¿Cuánto impactó la derrota de su candidata Verónica Crescente en los planes provinciales con la candidatura de Martín Llaryora?

3. ¿Y cuánto en los planes nacionales de Juan Schiaretti?

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Obviamente, de momento se deben estar procesando las respuestas. El propio Schiaretti reconoció la falla en las encuestas, que seguramente lo llevaron con su mesa política a poner todas las fichas con Crescente.

Allí un primer error de cálculo que, incluso, se vivió el mismo domingo durante el día en Marcos Juárez, cuando todos, absolutamente todos, hablaban de un resultado muy cerrado.

Recordemos que el final fue 55% a 38% a favor de Juntos por el Cambio, que llevaba a Sara Majorel como candidata.

La segunda cuestión tiene que con el empuje a la candidatura a gobernador de Llaryora.

Es evidente que la buena imagen de Schiaretti en el interior no es endosable. Y, en consecuencia, que Schiaretti bendiga a Llaryora en cada rincón de la provincia no implica transferencia directa de votos.

Llaryora deberá negociar con cada uno de los intendentes o caudillos locales para garantizarse un apoyo fuerte.

Y esa estrategia requiere para el peronismo acelerar los tiempos.

Y la tercera cuestión, que tiene que ver con los planes nacionales de Schiaretti, acepta varias lecturas superpuestas.

Una es si el gobernador quiere jugar en una tercera vía. En tal caso, siempre cuando escenarios son tan polarizados como el actual, las terceras vías suelen quedar atrás.

Otra es saber si las visitas que recibe de dirigentes de Juntos por el Cambio cuajarán en algún acuerdo.

Parece difícil, pero la dinámica de la política puede ofrecer escenarios impensados, con cisnes blancos, pero también cisnes negros.