Abrapalabra
16/07/2025 | 17:12
Redacción Cadena 3
Julio Perotti
Audios
Los argentinos, la polarización y la vida cotidiana
Acaba de publicarse una nueva edición del informe de Pulsar, el observatorio de la Universidad de Buenos Aires especializado en opinión pública. La pregunta es: ¿hay grieta en Argentina? Todo indica que sí, pero vamos a profundizar en el tema.
A continuación, presentamos el diálogo con uno de los especialistas que investigaron el asunto, el sociólogo y experto en opinión pública de la UBA, Máximo Reina.
El informe revela que la política ha vuelto a interesar a la gente, ¿no? Cuando parecía que ya no nos importaba, vuelve a captar atención. Contanos por qué, qué descubrieron.
Vamos a decirlo de esta manera: lo que venimos observando en 2023, 2024 y 2025 es que el porcentaje de personas que admiten tener mayor interés por la política está creciendo. Pasamos de 40 puntos en 2023 a 48 en 2024, y ahora estamos en 55 puntos de interés. Esto contrasta con la lógica que vemos este año, donde las personas van cada vez menos a votar, con una presencia electoral cada vez menor en las urnas en las elecciones de 2025. ¿Cómo se explica esto? Tenemos varias hipótesis: el interés por la política no está definido únicamente por la asistencia a las urnas, y probablemente el no votar tenga más que ver con problemas, deficiencias o fallas del propio sistema de representación, que no ofrece a los ciudadanos opciones que los hagan sentir representados. Por otro lado, también podría ser que la ciudadanía perciba que estas elecciones no definen nada importante, y por eso no asiste a votar.
¿Sería el caso de una elección parlamentaria como la que viene?
Hay elecciones parlamentarias en Argentina que han generado mucho interés en la población porque enfrentaban al gobierno nacional contra un proyecto alternativo. No parecería ser el caso ahora. Creo que, en parte, eso es lo que sucede en las elecciones provinciales, que son cuestiones muy locales, muy específicas. Además, a nivel nacional no hay una alternativa unificada y potente que demuestre que esta elección se da entre dos modelos. Por eso, probablemente, hay poca participación. Pero, definitivamente, vemos que el interés aumenta: la población dice que cada vez se interesa más por la política. Aunque esto es solo lo que declara la población, porque no olvidemos que una encuesta refleja lo que se dice, no necesariamente lo que se piensa o se hace. En la evaluación, vemos que algunos indicadores cambian y otros se mantienen fijos, como los relacionados con la polarización.
Otro detalle interesante es la diferencia de género: las mujeres muestran más interés que los hombres, cuando históricamente la política era una conversación más masculina. ¿Qué detectaron al respecto?
Las mujeres han pasado, por ejemplo, de mostrar un interés del 35% en 2023 a un 52% en la actualidad. Es un crecimiento importante. Los hombres siempre han estado un poco por encima, y ahora están en 58%, pero el gran aumento se da entre las mujeres. Por eso lo marcamos como un dato distintivo de este momento. Otro cruce interesante es que la política genera mayor interés en el interior que en el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires, que incluye la ciudad de Buenos Aires y el conurbano). Percibimos menor interés en esa zona que en el interior.
Curiosamente, el AMBA es donde más miran los medios porque allí se da la batalla dentro del peronismo, el kirchnerismo, con elecciones anticipadas. Hay mucho foco puesto en un lugar donde, aparentemente, interesa menos que en el resto.
Totalmente. Quienes viven en el AMBA entienden que, a veces, las realidades locales quedan completamente difuminadas ante lo nacional. Como en este caso no hay una discusión nacional, o no es lo que percibimos, el interés local es mucho menor en la provincia. Está claro.
¿Qué pasa con la polarización?
Lo bueno de los trabajos longitudinales, es decir, que cuentan con una serie de tiempo que permite ver resultados año tras año, es que te muestran qué se modifica y qué no. Lo que no se ha modificado son las tendencias relacionadas con la forma en que los argentinos entablamos relaciones. Desde 2023, preguntamos: ¿usted podría estar en pareja con una persona con ideas políticas opuestas a las suyas? ¿Tiene amigos con ideas políticas opuestas? ¿Escucha periodistas con ideas políticas opuestas? Estas tres variables, con más o menos, se han mantenido estables en los últimos tres años. Siempre gana el “sí”: el 68% dice que podría estar en pareja con alguien con ideas políticas opuestas, el 87% afirma tener amigos con ideas opuestas, y el 72% escucha periodistas con ideas contrarias a las suyas. Por lo tanto, la lógica de un país polarizado en términos electorales no implica una polarización en la aceptación de lo diferente a la hora de discutir, entablar amistades o relaciones.
¿Podemos entender polarización y grieta como lo mismo? Siempre se dijo que la grieta rompía relaciones, con amigos que evitaban hablar de política para no pelearse. ¿Estamos en los mismos términos?
No quiero ponerme a definir ambos conceptos, porque no son míos, pero sí vemos que todos conocemos casos de personas que se han distanciado por ideas políticas. Sin embargo, estos datos sugieren que quienes estamos muy imbuidos en la política, como nosotros en el observatorio —politólogos, sociólogos, trabajando con temas políticos—, percibimos una realidad más polarizada de lo que realmente está. Cuando miramos medios, programas de televisión o redes sociales, vemos discursos extremos, polarización exacerbada y violencia en ciertos discursos. Pero parte de la población no vive bajo esa lógica. Las burbujas de las redes sociales y los medios nos hacen creer que la realidad está más “engrietada” de lo que realmente está. Hay muchas personas que viven su día a día sin interesarse o sin informarse sobre política. Recordemos que, aunque el 55% dice que le interesa mucho o bastante la política, el 45% afirma que le interesa poco o nada.
Estamos hablando de casi la mitad de la población.
Exactamente. Que el 55% diga que le interesa mucho o bastante es un valor alto, pero el 45% que dice “poco o nada” vive, trabaja, paga impuestos, se relaciona, entabla amistades, se casa. Para casi la mitad del país, la política no tiene gran relevancia a la hora de formar sus círculos o definir su vida, a diferencia de muchos de nosotros
Esa gente que no está interesada, ¿es porque no le importa o porque perdió la fe? ¿Eso se puede reflejar en números?Eso requeriría estudios más profundos. Pero, según la literatura, en los últimos 40 o 50 años en Argentina se ha perdido confianza en dirigentes políticos, sindicalistas, empresarios y periodistas, aunque se mantiene en instituciones como científicos, universidades o médicos. Ha habido una caída en los niveles de confianza, participación y cantidad de partidos políticos. Podríamos hipotetizar que muchas personas que antes confiaron o se interesaron por la política ahora se sienten menos representadas.
Hay pensamientos para todo, ¿no? Así como a muchos nos define la política, a otros los define el fútbol, el país o la provincia. Quizás alguien dice: “Nunca me casaría con alguien de la provincia de al lado”. Son distintas dimensiones.
Me parece que lo valioso es entender que la política es solo una de las dimensiones en las que vivimos. La sociedad tiene múltiples significaciones, y cada una tiene su peso a la hora de entablar relaciones.
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