La lista de Chiqui: a favor y en contra de cada candidato

Diego Borinsky

Unos no hablan y se expresan por allegados. Otros se postulan públicamente para mostrar cuánto quieren la camiseta. Alguno más se baja antes de entrar en la contienda. El presidente de AFA no se expresa, pero su vocero y su vice mandan señales. Al cumplirse tres semanas exactas de la eliminación del Mundial ante Francia, la única certeza alrededor de la Selección Nacional es que ya no tenemos entrenador. Y que al menos hasta fin de mes, cuando se reúna el Comité Ejecutivo, no habrá uno nuevo. Mientras tanto, comienza a delinearse un mapa de los que tienen más chances.

El primero que habló fue Ricardo Gareca. La Federación Peruana le quería renovar el vínculo, también había rumores de interés desde Colombia. Y como su nombre comenzó a repiquetear en Argentina, donde su amigo del alma Oscar Ruggeri tiene línea directa con el presidente de la AFA (y también tribuna abierta cotidiana en la TV con buen predicamento) jugó rápido: anunció una inesperada conferencia de prensa y dejó en claro que le gustaría. “Es gratificante que te nombren para dirigir la Selección de tu país”, señaló. Y por si acaso, recordó que su vínculo con Perú había finalizado: “Mi contrato terminaba a fin de año y se prolongó por el Mundial, hoy soy técnico libre”. Primer anotado.

El miércoles de esta semana, el que apareció fue Ramón Díaz, que no figuraba como postulante en casi ninguna de las múltiples listas confeccionadas por diferentes medios de comunicación. Una especie de “Ey, yo estoy, no se olviden de mí”. Arrancó en TyC Sports: “Todos los entrenadores argentinos tenemos la expectativa de dirigir a la Selección”. Pura lógica. “Soy un especialista en reconstruir planteles”, sacó pecho, para cerrar, elogiando al 10 de Argentina: “Messi siempre es el mejor del mundo”. Hoy, la obsecuencia desmedida hacia Messi no parece ser la mejor estrategia para ganarse el favor de quienes deciden. Sampaoli puede dar fe. A todo esto, después de esa postulación, una cantidad importante de hinchas del Al Ittihad, el club al que dirige Ramón, pidieron la salida del Pelado por sus dichos.

Al día siguiente, y ante la negativa y el silencio de los postulantes de mayor renombre y adhesión popular, el que levantó la mano en el mismo programa (No Todo Pasa) para manifestar su deseo y mostrar que hay gente que le encantaría asumir el cargo del que tantos huyen, fue Matías Almeyda: “Algunos iríamos nadando a la Selección. Hay recambio y del bueno, Argentina tiene todo para ser un equipazo”. Almeyda está sin club y suena como candidato a dirigir la Selección de México (el DT actual, Juan Carlos Osario, tiene vínculo hasta el 31 de agosto). Por las dudas, Almeyda se jugó clarito por su preferencia y para no ser menos que su tocayo, el otro Pelado.

Más allá de los gustos por su estilo, Diego Simeone es el entrenador argentino de mayor prestigio, curriculum y espaldas. Salió campeón en el fútbol argentino con Estudiantes y River, ganó títulos en España y llegó a dos finales de Champions League peleándoles a los gigantes de Europa con plantel y presupuestos muy inferiores. Desde hace más de cinco años trata a futbolistas de elite y está habituado a diseñar entrenamientos europeos, como los que afrontan día a día la mayoría de los jugadores de la Selección. Conoce lo que es sentir la Celeste y Blanca, porque la defendió con uñas y dientes (y cuchillo entre los dientes) en más de 100 partidos. Pero nunca se expresó públicamente al respecto más que por referencias conceptuales. “Me gustaría ser entrenador de la Selección ya de grande, como una etapa final de mi carrera, con toda la experiencia aprendida, como Aragonés o Del Bosque, ahora prefiero el día a día, tengo energía para el día a día”, se manifestó en más de una ocasión. No lo hizo ahora ni cuando su nombre era el de mayor consenso y las urgencias eran múltiples: antes de la elección de Bauza y de Sampaoli, en plena tormenta de las Eliminatorias. Tampoco parece que se expresará ahora. Suponemos que Simeone no tomaría las riendas de la Selección por lo que informan los periodistas más cercanos al Cholo. Estaría bueno que si la AFA está convencida de que Simeone es la mejor opción, le ofrezcan el cargo formalmente. Y que el Cholo se exprese públicamente. Listo. Para saber si podemos contar con el N° 1 o no. No, porque quiero trabajar con un proyecto firme y serio. O porque en el Atlético de Madrid ganó 10 veces más. O porque no quiero dirigir a Messi. O porque mi mujer no se quiere mover de Madrid. Lo que sea. Pero que las cartas se muestren con claridad. Lo merece la Selección Argentina.

Mauricio Pochettino es muy valorado en Inglaterra en particular y en Europa en general. Se fue de Argentina hace 25 años, no es de los entrenadores que partirían con mucho sustento popular. Es más europeo que argentino, y quizás ese termine siendo un punto a favor. Hermético, tampoco se ha expresado al respecto e imaginamos que no agarraría por algunas expresiones de la poca gente con la que habla.

A José Pekerman hoy muchos lo ven como el gran salvador de nuestro fútbol. Típico de argentino: cuando lo teníamos no lo valoramos lo suficiente; cuando lo usufructúan otros, lo reclamamos. Este José no es el mismo de 1994. Más allá de las evaluaciones futboleras como entrenador (no fue un canto a la audacia con Colombia), el hombre tiene sus tiempos. No es de tomar decisiones por impulsos. Recordemos que tras la salida de Daniel Passarella en el 98, Grondona le ofreció el cargo y José lo analizó, luego contestó que no y se ubicó como manager. Y eligió a Bielsa como DT. Si por él fuera, por ahí contesta en un par de meses. La dirigencia lo quiere como gran cerebro de la reconstrucción. Como al viejo sabio que acomode las fichas. Ahí viene otro dilema: si José quiere o no seguir dirigiendo. Y puede tomarse otro tiempo grande para pensar. Y ya el tiempo viene sumándose desde la eliminación con Francia. Tampoco se manifestó públicamente. Se fue de vacaciones y hay que imaginar y escuchar a personas cercanas.

El nombre que saltó a escena en estos últimos días es el de Alejandro Sabella. Y saltó a escena porque fue pronunciado por el propio Daniel Angelici en entrevistas. Allí hay otra interna, claro. El presidente de AFA se inclinaría más por Pekerman y el vice, por Sabella. Como por Sampaoli hizo más fuerza el Tano que el Chiqui, ahora toca jugar al revés. En fin: son los problemas de las alianzas políticas. Lo cierto es que el DT subcampeón del mundo en 2014 no quiso saber nada con seguir en la Selección en aquel momento tras perder la final con Alemania, luego sufrió un cáncer que lo alejó de cualquier posibilidad de trabajo (ofertas seguramente no le faltaron al subcampeón del mundo, pero no dirigió nada) y ahora luce recuperado. Así lo hacen saber los periodistas platenses con los que ha tenido un vínculo cercano. Estaría dispuesto. Sería para trabajar como manager, o asesor, en un cargo similar al de Pekerman. Hay que decir que Sabella dirigió a Almeyda en la Reserva de River y también, como ayudante de Daniel Passarella, en la primera de River y de la Selección. Almeyda guarda un gran recuerdo de sus enseñanzas y consejos. Siente por él un gran afecto, como Marcelo Gallardo. Podrían trabajar juntos tranquilamente.

El que se subió a la rueda, y viene sonando con fuerza en los últimos tiempos, es Jorge Almirón, DT finalista de la última Libertadores con Lanús, hoy en Atlético Nacional de Medellín. “Me siento preparado para dirigir a la Selección, pero los candidatos más importantes son Simeone y Pochettino”, manifestó en Radio Villa Trinidad ayer por la tarde. De algún modo, Almirón está diciendo que en la escala de jerarquía sólo se siente menos que Simeone o Pochettino. Que después le compite mano a mano al que venga. Ya sabemos que ni Simeone ni Pochettino dirán que sí. Por otro lado, encaja en el perfil ideal que le agrada al presidente de AFA: un técnico joven, cercano generacionalmente a los futbolistas, moderno, ofensivo. Además, el representante de Almirón es Cristian Bragarnik, uno de los hombres de mayor poder y peso en el fútbol argentino por la cantidad de futbolistas y entrenadores que representa, y hasta por los clubes que maneja. Además, de tener un vínculo muy cercano a Tapia y Angelici. En el libro digital publicado recientemente por Ariel Senosiain, se describe que el propio Tapia le pidió por favor a Bragarnik que su representado, Sebastián Beccacece, no le renuncie en pleno Mundial de Rusia, por sus permanentes disputas con Sampaoli.

“Además de no haber hablado con nadie aún, esta AFA no se sentaría a conversar con un técnico que trabaje en un club de nuestros torneos con contratos vigentes y/o vínculos recién renovados a largo plazo”, tuiteó el 18 de julio Daniel Ferreiro, dirigente de Nueva Chicago y “vocero del Sr. Presidente de la AFA Claudio Tapia”, como se lee en el encabezado de su cuenta de twitter. En ese mismo instante, Ferreiro tachaba de la lista de postulantes a Marcelo Gallardo y Ariel Holan, justamente con contrato vigente en nuestros torneos y renovado a largo plazo en estos meses. Por si acaso, Gallardo en su conferencia de prensa de ayer lo confirmó. Manifestó que su cabeza está en River y que allí seguirá hasta que se quede sin energías (o hasta que cumpla su contrato, a fines de 2020). De paso, criticó los malos manejos de la actual conducción de AFA y sus incoherencias, entre ellas firmar un contrato de cinco años con un entrenador e incumplirlo al primero. Holan no se expresó, pero ya fue claro Ferreiro. Además, si a Chiqui se le ocurriera sacarle el DT al Rojo, al suegro Hugo no creo que le cause demasiada gracia.

Habrá que ver si de aquí a fin de mes se sube algún otro postulante. Mientras la AFA se toma su tiempo para pensar (ya vimos con Bauza y Sampaoli que no es conveniente actuar de apuro, pero tampoco exageren, muchachos), si hubiera que apostar unos pesos, le aconsejaría, querido lector, que vaya por la dupla Sabella-Almeyda o Almirón. Hagan juego, señores.