Javier Alarcón, uno de los cuatro policías detenidos por el asesinato de Blas Correas por una bala policial, dijo que el Fiat Argo en el que se conducían los jóvenes había intentado atropellarlos.
Hugo Luna, el abogado defensor de Alarcón, dialogó con Miguel Clariá y comentó que su defendido estaba custodiando el Hospital Privado cuando recibió un llamado por la radio en el que decían que había un vehículo que debía ser interceptado porque había tenido "un episodio con una motocicleta".
"Ellos concurren a la avenida Vélez Sársfield junto a otro patrullero y los colocan en forma transversal. En esas circunstancias ven el vehículo que se acerca. Aminora la marcha y, cuando está llegando al lugar, hace una maniobra y los esquiva. Él me dice que tanto él como el oficial Gómez deben saltar para no ser atropellados. En esas circunstancias, él escucha disparos e inmediatamente apunta a las cubiertas del vehículo y hace dos o tres disparos", describió Luna.
El defensor reitera que Alarcón se corre hacia el lado contrario de Gómez.
"Él escucha los disparos del costado del conductor del vehículo, a donde estaba Gómez. Inmediatamente ve que fue él quien efectuó los disparos y lo sigue, disparando de forma oblicua, hacia las cubiertas. Fueron fracciones de segundos", comentó.
Hugo Luna se refirió al Código de Conducta Policial e indicó que, al tratarse de un operativo de emergencia y no un control planificado, las circunstancias son "diferentes".
"En 2017, se creó un protocolo de actuación en controles vehiculares que establece que, cuando hay un control planificado y el vehículo no se detiene, se tiene que dar aviso al resto de los controles pero no efectuar ningún disparo. Sin embargo, esto es diferente porque se trató de un protocolo de emergencia que se estableció por un operativo cerrojo para detener el vehículo. Ellos acuden al lugar con la indicación que tenían que controlarlos por algún episodio que habían tenido antes", detalló.
Al ser consultado sobre las acusaciones previas sobre su defendido por privación ilegítima de la libertad, Luna aclaró que no pudo acceder al expediente y que, por lo tanto, no tiene más conocimiento de esos cargos que por los medios.
"En la eventualidad que fuere así, la acusación dataría de abril de 2013. Si existió una denuncia que requirió la imputación, la prueba en su contra no merecía tratamiento procesal porque ya transcurrieron 7 años. Si hubiera habido méritos probatorios, hubiera originado un sumario administrativo y el Tribunal de Conducta Policial es sumamente estricto y le hubiese dado la baja", argumentó.
Finalmente, se refirió al arma que habría sido plantada por la compañera de su defendido, Wanda Esquivel, e indicó que el propio Alarcón negó haber sido el portador de la misma.
“Él me ha aclarado que eso no es para nada así. Jamás ha portado armas truchas en el móvil ni en sus pertenencias. Dice que eso es inexacto. Habrá que ver las probanzas y las imágenes", finalizó.
Entrevista de Miguel Clariá.
