El particular velorio de un secuestrador en barrio Müller

Antes de morir, Héctor "Kiko" Jatib decidió despedirse de sus familiares con una particular foto en su cuenta de Facebook. En la misma, se lo podía ver consumido por el cáncer, acostado en su cama y con una pistola en las manos. Esa fue la imagen que decidió compartir con sus allegados, horas antes de morir.

Juan Federico, periodista de La Voz y quien siguió por muchos años la historia de los Jatib, contó el hecho en una nota del diario y dialogó con Radioinforme 3 para dar más detalles.

"La verdad que es todo bastante llamativo y que desnuda mucho de la Córdoba de los márgenes. Héctor "Kiko" Jatib, varios de sus hermanos y dos sobrinos tienen condenas por varios delitos pero la mayoría es por narcosecuestros. Estos delitos generalmente no se denuncian porque a cambio piden drogas o montos de dinero que no se pueden justificar. Entonces, prefieren negociar por fuera de la ley", explicó.

En octubre de 2016, Jatib fue condenado a 11 años de prisión por secuestro agravado. El mismo ocurrió durante la madrugada del sábado 23 de noviembre de 2013, entre los barrios Acosta, Colonia Lola y Müller, al sudeste de la capital cordobesa.

"En ese momento, fue condenado junto a un cuñado y un sobrino. Estuvo preso y empezó con dolencia lumbar hasta que se determinó que tenía un avanzado cáncer. Volvió a su casa en Villa Inés, al lado de Müller", recordó.

Además de esa primera condena, "Kiko" recibió otras tres por las que pasó 22 años de estadía en prisiones de Córdoba y de Buenos Aires. Antes de morir, recibió una quinta condena que no pudo cumplir por el rápido avance de su enfermedad.

"Son lugares en donde ser delincuente no está mal visto. Muchas personas en las redes lloraban su muerte y muchos de los comentarios decían que fue una gran persona, que era leal", contó Federico.

El pasado lunes, en el velorio que se realizó en un domicilio de barrio Müller, el despliegue de seguridad que se armó causó impresión. Sucede que Jatib tenía varios familiares presos, por lo que fue necesario un operativo especial para trasladarlos desde la cárcel hasta allí.

"Se cortó la calle y llegó la Policía e hizo un despliegue pocas veces visto. Tuvo que ir la Infantería porque muchos que están presos tuvieron que ser trasladados por un camión del servicio penitenciario. Los policías se pararon al frente del camión, tomaron las armas y ahí empezaron a bajar uno por uno. La gente los aplaudió", afirmó.

Entrevista de Miguel Clariá.