El dilema de los empleados pobres

Adrián Simioni

Hoy, en Vamos Viendo, Radio Popular, un carnicero cordobés contó que está abriendo una nueva carnicería. Pero tiene un problema: no consigue carnicero, aunque ofrece un salario en blanco y de bolsillo de 155 mil pesos. De inmediato se da el debate clásico. Hay quienes dicen que nadie quiere trabajar porque no quiere perder los planes. Y hay quienes dicen que nadie quiere trabajar porque ese salario en blanco es muy bajo.

¿Son bajos los salarios argentinos? No cabe duda. Lo dijo Cristina Fernández hace casi un año. “Hoy se produce un fenómeno en la Argentina que nunca lo habíamos conocido y que es el de los trabajadores en relación de dependencia pobres. Esto nunca había pasado”. En efecto: mucha gente con empleo en blanco es pobre.

Luis Campos, economista de la CTA Autónoma, remarcó que, según los datos oficiales, la mitad de los empleados en blanco del país cobraron en noviembre salarios de bolsillo inferiores a los 130 mil pesos. En ese mismo mes, la canasta básica para un hogar de 4 personas fue de casi 146 mil pesos. O sea que más de la mitad de los salarios son inferiores al costo de la canasta. Hay una trampa en este razonamiento: lo normal es que en un hogar de 4 personas haya dos ingresos, no uno. A veces ese ingreso no es un salario en blanco. Puede ser en negro, puede ser un plan, pueden ser rentas. El ingreso de los hogares no es igual al ingreso de los individuos. Pero, como sea, es inédito que más de la mitad de los salarios no alcancen para cubrir las necesidades elementales de un hogar estándar. Porque además estamos hablando de cuestiones básicas.

El problema no es sólo ese. Es el futuro. Hoy, la ventaja de estos salarios tan bajos es que el desempleo también es muy bajo: 7,1%. Son las "ventajas" de la inflación, que abarata la mano de obra. Eso hace viables algunos empleos que no podrían existir si el empresario tuviera que pagar sueldos más altos.

Ahora, tenemos que saber que, si se empieza en serio un plan antiinflacionario, los salarios van a aumentar en términos reales. Siempre sucede. Y eso es bueno. Pero, como contrapartida, va a haber muchos empleos que hoy existen que no van a poder sostenerse. Que van a quedar fuera de mercado. Y vamos a pasar a estar en otra situación: el salario para el empleado de una carnicería será mejor, pero habrá menos empleos en las carnicerías.