Franco Ezequiel Miranda tenía 27 años. Murió el lunes pasado en un descampado ubicado al norte de la ciudad de Córdoba tras inhalar nafta, según sospecha la Policía y el Poder Judicial. El joven vivía en condiciones más que precarias desde hacía tiempo y fue asistido en varias oportunidades por los servicios sociales, pero siempre volvía a esa suerte de tapera en la que vivía.
El lunes a las 11, un vecino llamó al 911 avisando que en ese descampado había un joven descompensado. Cuando el primer móvil arribó al lugar señalado, se topó con Miranda en el suelo, en mal estado de salud. En ese momento, les dijo a los uniformados que había inhalado nafta. Unas tres horas más tarde, se constató su fallecimiento.
Por este tema, la jefa de Toxicología del Hospital de Urgencias de Córdoba, Andrea Vikelis, señaló en La Mesa de Café que cuando hay una persona adicta que no tiene la droga disponible por falta de medios, "busca cualquier cosa con tal de obtener una satisfacción".
Explicó que las internaciones siempre deben realizarse bajo la voluntad del paciente, excepto en casos donde su vida corra peligro. "En el hospital, tratamos el cuadro agudo y lo hacemos pasar como un caso de salud mental. Hemos trabajado bastante con la Secretaría de Adicciones de la provincia, pero todos los lugares para la internación están muy abarrotados en el tratamiento ambulatorio". E insistió: "El paciente tiene que tener la voluntad porque si no, es como si lo estuvieras metiendo preso".
Vikelis advirtió que en los últimos años prevaleció el policonsumo, es decir la ingesta de dos o más drogas. "No hay consumos únicos de sustancias, no se da en Argentina y mucho menos en Córdoba. Esta situación aumentó durante la pandemia y todo se asocia a marihuana, cocaína, éxtasis y distintos fármacos".
La toxicóloga precisó que en el Hospital de Urgencias atienden a partir de los 15 años y que los pacientes más pequeños van al Hospital de Niños o el Infantil.
"En cuanto la edad, teníamos una oscilación entre los 15 y 35 años, ahora la edad viene entre los 25 y los 45 años. Hay pacientes que consumían de más jóvenes y lo siguen haciendo ahora que son grandes, hasta los 82 años. Hay que tener en cuenta que aquellos pacientes que tenían 30 años en el 2000, ahora en 2023 tienen 53 años", agregó.
Por otra parte, Vikelis explicó cuándo una persona debería internarse de forma voluntaria y cuándo debería decidir un allegado al paciente. "Una cosa es salvar la vida, que ahí se interna al paciente y no es contra su voluntad. La situación cambia cuando no está en riesgo su vida y el paciente debe seguir su tratamiento contra las adicciones".
Y añadió: "Siempre hay que tratar de convencer al paciente de que trate su adicción. Hay algunos que tienen múltiples entradas al hospital, que dicen que no van a consumir más, pero lo siguen haciendo".
Consultada por la ley de salud mental actual, modificada en 2016, Vikelis señaló que "uno debería poner en práctica diagnósticos para saber si el paciente puede discernir entre la gravedad o no del cuadro".
Entrevista de Miguel Clariá y Juan Federico.
